
16 de octubre de 2025
Imaginar una vivienda que reduce hasta un 90% su factura de calefacción y refrigeración, que aprovecha al máximo la luz natural y que está construida con materiales que absorben CO₂ en lugar de emitirlo. Esta no es una utopía futurista, es una realidad que Papik Cases Passives lleva 15 años implementando desde Barcelona para toda Cataluña. Pioneros en la construcción de casas pasivas certificadas bajo el exigente estándar Passivhaus, han demostrado que es posible habitar espacios de máximo confort con un impacto ambiental mínimo. Su secreto: la obsesión por la eficiencia energética que ha revolucionado el concepto tradicional de construcción, un secreto que cualquiera puede descubrir cómo lo han logrado.
Desde la creación de Papik Cases Passives se basa en una premisa simple, pero poderosa: la energía más limpia es la que no se consume. Para alcanzar esta eficiencia energética extrema, la compañía ha desarrollado un sistema constructivo propio denominado Eskimohaus, casas que priorizan el aislamiento térmico, ventanas de altas prestaciones, hermeticidad absoluta, orientación adecuada y la eliminación de los puentes térmicos. Esto se traduce en casas passivhaus que mantienen una temperatura estable y confortable durante todo el año, con una demanda de energía mínima para climatización. La innovación también reside en su enfoque industrializado, que permite construir casas prefabricadas, tanto en taller como en obra, y casas industrializadas de alta precisión, reduciendo los plazos de obra y los residuos generados, un beneficio directo para el cliente y el medio ambiente.
El compromiso de Papik va más allá del ahorro energético durante el uso de la vivienda. Su apuesta por materiales sostenibles como la madera utilizada como material estructural principal tiene un impacto medioambiental muy positivo. Solo en el último año, sus construcciones han contribuido a la absorción de aproximadamente 500 toneladas de CO₂, transformando cada proyecto en un sumidero de carbono. Proyectos emblemáticos como la casa K-Valld'Or, una vivienda passivhaus plus y autosuficiente, son el ejemplo perfecto de esta filosofía. Además, la empresa aplica también todo este conocimiento a la rehabilitación energética del parque inmobiliario existente, abordando uno de los mayores retos ecológicos de nuestro país. Una casa de madera de Papik no es solo un hogar, es una contribución activa a la salud del planeta.