24 de octubre de 2025
Con el paso del tiempo, España se ha posicionado en el Top 10 de los países más infieles del mundo, un dato que refleja una transformación profunda en la manera en que la sociedad española entiende el amor y la fidelidad. En la actualidad, el país atraviesa un proceso de cambio social orientado hacia la libertad emocional y la búsqueda del placer consciente.
Los datos lo confirman: según los informes de Ashley Madison, la plataforma líder mundial para personas que buscan aventuras discretas, España cuenta con más de 1,5 millones de usuarios registrados, situándose entre los países con mayor número de personas que deciden explorar fuera de su relación principal, aunque sea por un instante, para escapar de la rutina y reconectar con su deseo.
De acuerdo con la psicóloga Lara Ferreiro, autora de ¡Ni un capullo más! El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta, cada vez más personas buscan relaciones que se adapten a sus emociones reales. “La infidelidad tiende a nacer desde el deseo de sentirse vivos. A veces solo se trata de reencontrarse con uno mismo”, explica la experta.
Ashley Madison, la principal plataforma en citas para personas comprometidas, cuenta actualmente con más de 85 millones de usuarios en todo el mundo. Dentro de Europa, España se ha consolidado como uno de los mercados más sólidos, solo por detrás del Reino Unido. En los últimos años, el número de usuarios españoles ha crecido de forma exponencial, reflejando un cambio cultural en la forma de comprender el amor, el deseo y la fidelidad.
Según los datos de la propia plataforma, ciudades como Girona, Barcelona y Granada encabezan el ranking de las localidades más infieles del país, seguidas por Tarragona, Madrid, Valencia, Málaga y Sevilla. Estos resultados sitúan a España como un auténtico epicentro del deseo discreto.
La plataforma señala que la mayoría de los usuarios españoles son hombres y mujeres en relaciones estables de larga duración, que no buscan necesariamente romper su vínculo principal, sino reencontrarse con aspectos personales que la rutina había apagado. En una encuesta interna a 2.743 miembros españoles, el 35 % confesó mantener su relación extramatrimonial durante más de un año, y el 70 % afirmó tener solo un amante. Se trata de relaciones paralelas que, aunque secretas, muestran estructura, continuidad y afecto más allá de lo puramente sexual.
El perfil medio del infiel español tiene entre 35 y 55 años, está en una relación estable o casado, y en la mayoría de los casos tiene hijos y un nivel educativo medio-alto. Más del 60 % de los usuarios españoles declara sentirse emocionalmente insatisfecho, aunque sin intención de separarse, lo que refleja una búsqueda de equilibrio más que de ruptura. Además, el 54 % de las mujeres asegura haber sido infiel solo después de varios años de convivencia, cuando la rutina o la falta de deseo emocional comienza a pasar factura.
Detrás de este fenómeno existen razones psicológicas complejas. Muchas personas no buscan sustituir a su pareja, sino reencontrar la emoción, la validación o la atención que sienten haber perdido. Según Lara Ferreiro, la infidelidad no siempre surge de la insatisfacción sexual, sino del vacío emocional y del deseo de sentirse vistos y deseados en un contexto donde el estrés y las rutinas diarias apagan la pasión y la conexión emocional.
Lara Ferreiro sostiene que “en la actualidad, las personas desean amar con libertad y autenticidad. Lo que antes se consideraba un tabú, ahora se entiende como una búsqueda de equilibrio emocional. En muchos casos, la infidelidad refleja una necesidad no atendida dentro de la relación: falta de intimidad, comunicación o reconocimiento afectivo”.
El entorno digital ha sido un factor determinante. Plataformas como Ashley Madison ofrecen anonimato, inmediatez y conexión emocional sin juicio, elementos cada vez más valorados. Esta facilidad tecnológica ha democratizado el acceso a la infidelidad, eliminando barreras sociales y logísticas que antes la hacían más compleja.
La pandemia también actuó como catalizador. El confinamiento forzó una convivencia intensa y una pérdida de espacios personales. Tras esa etapa, muchas personas buscaron recuperar su identidad individual fuera del vínculo de pareja. Ashley Madison registró un aumento del 26 % en nuevos usuarios españoles en 2021, lo que refleja esa necesidad de reconexión emocional y personal.
No obstante, este fenómeno plantea un debate ético y emocional. Aunque la infidelidad es cada vez más comprendida desde la psicología moderna, continúa generando dolor y confusión cuando no se gestiona con honestidad. Lara Ferreiro subraya que “más allá de juzgar el acto, es fundamental entender la necesidad que lo origina”. En un contexto donde el amor romántico convive con el deseo de libertad, España se ha convertido en un espejo del cambio global en las formas de amar.
Un estudio global de Ashley Madison reveló que más del 60 % de las personas infieles afirmaron que su aventura les ayudó a mejorar la comunicación con su pareja, y que el 57 % aseguró que su matrimonio se fortaleció después de la experiencia.
Para Lara Ferreiro, este fenómeno puede explicarse porque la infidelidad actúa como un “despertador emocional”, que pone de manifiesto carencias afectivas o de comunicación previamente silenciadas. Cuando ambos miembros de la pareja son capaces de abordar estas cuestiones con honestidad, la experiencia puede convertirse en una oportunidad de reconstrucción emocional.
En España, el fenómeno se entrelaza con una creciente tendencia hacia relaciones abiertas, acuerdos flexibles y modelos de poliamor, donde el deseo se concibe como una energía vital. Un informe reciente de Ashley Madison revela que el 38 % de los usuarios españoles ha conversado con su pareja sobre abrir la relación o establecer límites más flexibles.
Ferreiro sostiene que la sociedad está aprendiendo a amar desde la conciencia: “El amor no se mide por la exclusividad, sino por la honestidad emocional. Cada pareja tiene derecho a definir sus propias reglas si eso contribuye a su bienestar. Lo relevante no es cuántas personas se amen, sino cómo se construyen esos vínculos desde la verdad, el respeto y la libertad”.
Las diferencias entre hombres y mujeres se están equilibrando. En los últimos años, el número de mujeres españolas registradas en Ashley Madison ha crecido de forma sostenida, representando cerca del 40 % de los usuarios. Muchas de ellas no buscan suplir una carencia afectiva, sino reconectarse con su sensualidad y reivindicar su placer. Según la plataforma, el 29 % de las mujeres españolas infieles lo hace por falta de atención o cariño, mientras que el 37 % busca romper la rutina.
En el caso de los hombres, las cifras son similares, aunque con un mayor peso del deseo sexual inmediato. La igualdad también ha alcanzado el ámbito del deseo: ambos géneros buscan en la infidelidad una forma de reconexión emocional y personal más que un simple desahogo físico.
En la actualidad, la fidelidad tiende a medirse no por la exclusividad, sino por la verdad emocional. La nueva revolución del amor se basa en la libertad, el respeto y la autenticidad como pilares fundamentales de las relaciones afectivas contemporáneas.