27 de octubre de 2025
El teambuilding ya no es un lujo ni una simple actividad lúdica para las empresas: se ha convertido en una necesidad estratégica. En un entorno laboral donde el bienestar, la sostenibilidad y la retención del talento ya no son opcionales, sino condiciones para sobrevivir, las organizaciones buscan nuevas fórmulas para cuidar a las personas, fortalecer su cohesión y vincularlas a un proyecto común.
Según el informe Global Human Capital Trends de Deloitte, el 79% de los directivos de RRHH considera que el bienestar es una prioridad estratégica y el 64% afirma que la falta de cohesión impacta directamente en la rotación del talento.
Desde elmeetingpoint, especialistas en cohesión y desarrollo de equipos, lo tienen claro: “Nuestro reto no es solo organizar actividades divertidas, sino ayudar a las empresas a trabajar sus valores corporativos y transformar la manera en que las personas se vinculan con la organización”, explica Joan Amorós, director del proyecto.
La pandemia, el trabajo híbrido y los cambios sociales han transformado las prioridades. Hoy, los encuentros de equipo son una herramienta clave para:
-Fomentar el bienestar y la salud emocional.
-Impulsar la sostenibilidad y la responsabilidad social a través de actividades con sentido.
-Atraer y retener talento, reforzando la identidad y el propósito compartido.
De hecho, un estudio de Gallup muestra que los equipos con altos niveles de cohesión son un 21% más productivos y presentan un 37 % menos de rotación voluntaria.
Según elmeetingpoint los proyectos con mayor impacto comparten cuatro elementos clave:
Relevancia – conectar con los retos y necesidades reales del equipo.
Participación inclusiva – asegurar que sean acciones diseñadas para que todas las personas que participen puedan aportar valor.
Creatividad y sorpresa – romper la rutina y abrir nuevas perspectivas.
Transferencia – traducir la experiencia en aprendizajes aplicables al día a día, actividades con sentido
elmeetingpoint ha diseñado experiencias que van desde grandes encuentros corporativos hasta procesos mucho más íntimos y estratégicos.
Un ejemplo reciente fue el acompañamiento a un equipo de alta dirección recién formado, de solo cinco personas, que debía sentar las bases de un gran proyecto empresarial a nivel nacional. A través de un proceso que combinó herramientas coaching y consultoría, se trabajó la definición de una visión compartida y se colocó la “primera piedra” de lo que sería su hoja de ruta conjunta.
O una reciente actividad en Londres, donde el reto era unir a un equipo comercial y de marketing a nivel internacional, para que se encontraran por primera vez en persona, se conociesen mejor y fortaleciesen su compromiso con su nuevo plan estratégico.
Ambos ejemplos, muy enfocados a negocio, e implementados con sentido del humor y dinámicas gamificadas diseñadas para cada ocasión.
La tendencia es clara: las empresas que quieran crecer en un mundo cambiante deberán invertir en sus personas. Bienestar, sostenibilidad y confianza serán los tres pilares que marcarán los próximos años.
Como concluye Joan Amorós:
“Cada encuentro con un equipo es una oportunidad para reforzar la cultura, inspirar y vincular. Si las empresas cuidan a las personas, las personas cuidarán del proyecto".