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El control horario entra en una nueva era; eficiencia, trazabilidad y cumplimiento normativo

4 de noviembre de 2025

Durante décadas, el control horario se reducía a una hoja de firmas o a una máquina de fichar en la entrada del trabajo. Un gesto rutinario que servía para registrar la jornada laboral, pero que pocas veces ofrecía una visión real del tiempo, la productividad o la carga de trabajo. La transformación digital, sumada a los cambios normativos impulsados desde 2019, ha convertido este proceso en un eje estratégico dentro de los departamentos de Recursos Humanos.

El registro de jornada pasó de ser una obligación administrativa a una herramienta clave de planificación. Las empresas comenzaron a buscar soluciones más precisas, automatizadas y accesibles. La llegada del registro digital permitió integrar el control horario con otros procesos laborales como la gestión de turnos, la organización de cuadrantes o la planificación de vacaciones, garantizando además el cumplimiento del Estatuto de los Trabajadores.

Esta evolución ha supuesto un cambio profundo en la gestión de plantillas, especialmente en sectores con trabajo a turnos, como la sanidad, las residencias o la industria. En estos entornos, los sistemas digitales permiten coordinar equipos de forma más eficiente, detectar desequilibrios de horas y facilitar la conciliación, un aspecto cada vez más valorado tanto por los empleados como por las organizaciones.

Frente a las hojas de cálculo o los fichajes manuales, los programas especializados en planificación laboral ofrecen hoy soluciones más flexibles y seguras. Plataformas como PGPlanning han incorporado funcionalidades que permiten generar cuadrantes, registrar la jornada y gestionar incidencias desde un mismo entorno, asegurando la trazabilidad de los datos y reduciendo los errores humanos.

La adopción de este tipo de herramientas no solo responde a una cuestión de eficiencia, sino también de cumplimiento normativo y transparencia. En un contexto donde las inspecciones laborales son cada vez más rigurosas, disponer de un registro fiable y accesible se ha convertido en una necesidad estratégica.

El control horario ha dejado de ser un trámite para convertirse en un aliado de la gestión moderna de personas. La digitalización ha abierto una nueva etapa para los Recursos Humanos: más analítica, más humana y, sobre todo, más conectada.

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