Comunicados

El 80% tráfico web ya viaja cifrado; el punto ciego en la ciberseguridad empresarial

12 de noviembre de 2025

Durante años, proteger una web significaba centrar los esfuerzos en servidores, cortafuegos y contraseñas. El mayor riesgo parecía estar en los accesos no autorizados o en los fallos de configuración. Pero el escenario ha cambiado: hoy, la mayor parte de los ataques no se produce “desde fuera”, sino dentro del propio tráfico que la empresa da por seguro.

Según el informe Google Transparency Report, más del 80% tráfico web global viaja ya cifrado con HTTPS. Un avance positivo para la privacidad, pero también un nuevo reto para las empresas: si todo está cifrado, también lo están las amenazas.

El error habitual: “si está cifrado, está protegido”

El candado del navegador transmite seguridad: si una web usa HTTPS, parece que todo está a salvo. Pero esa es solo la mitad de la verdad. El cifrado protege el contenido… pero también lo oculta.

Cuando una empresa no inspecciona lo que viaja dentro de ese tráfico cifrado, no puede diferenciar si está recibiendo una compra real, un bot automático o un intento de ataque. Desde fuera, todo parece correcto: conexión segura, certificado válido, sin alertas visibles. Pero dentro pueden ocultarse fuerza bruta, malware, formularios explotados o peticiones diseñadas para saturar el servidor.

Así es como muchas empresas terminan con servicios que “no han caído”, pero funcionan cada vez peor: el sistema está respondiendo, sí, pero gastando recursos en tráfico que nunca debió entrar.

¿Qué puede esconderse dentro de una conexión cifrada? Dentro de un túnel HTTPS pueden viajar, sin ser detectados si no hay inspección:

Bots que fuerzan accesos o saturan formularios

Ataques de fuerza bruta contra paneles de login

Malware embebido en peticiones cifradas

Inyecciones SQL, XSS y otros payloads que el firewall no detecta

Tráfico automatizado que consume CPU y memoria sin levantar alertas

Para un sistema que no inspecciona TLS/SSL, todo ese tráfico “parece legítimo”, porque el cifrado lo vuelve indistinguible de una visita real.

Cómo están reaccionando las empresas

Cuando el tráfico cifrado empezó a convertirse en el estándar, muchas empresas creyeron que el problema estaba resuelto: bastaba con “poner HTTPS” y seguir adelante. Pero en cuanto los ataques comenzaron a esconderse dentro de ese mismo cifrado, la estrategia cambió.

Hoy, tanto grandes corporaciones como medianas empresas están adoptando un enfoque distinto: no se trata solo de proteger el canal, sino de entender lo que ocurre dentro de él. Por eso están apareciendo tres movimientos claros:

Automatizar certificados para evitar fallos humanos

Las renovaciones manuales están desapareciendo. Las empresas automatizan la emisión y el despliegue para evitar bloqueos, alertas de “sitio no seguro” o pérdidas de confianza del cliente.

Descargar el descifrado fuera de los servidores

Antes, cada servidor web realizaba el trabajo pesado de desencriptar y reencriptar. Ahora, el proceso se desplaza a un único punto de control (balanceador o pasarela), liberando CPU y reduciendo costes.

Inspeccionar tráfico cifrado sin romper la privacidad

Ya no se considera opcional. La inspección TLS se utiliza para distinguir el tráfico legítimo de automatismos, malware o fuerza bruta, sin almacenar datos sensibles.

Unificar en una sola capa lo que antes estaba repartido

Balanceo, seguridad, certificados y visibilidad ya no se gestionan en sistemas separados. Las plataformas modernas lo integran todo para evitar zonas ciegas.

Priorizar la visibilidad antes que el bloqueo

No basta con parar ataques: hay que entender qué circula por la red. Métricas, alertas y dashboards se han convertido en parte de la seguridad, no en un extra opcional.

En resumen: la nueva defensa no consiste en bloquear más, sino en ver mejor.

Pymes vs grandes empresas: el mismo problema, distinto punto de partida

Las grandes corporaciones llevan años lidiando con este reto. Tienen equipos de seguridad dedicados, presupuestos elevados y herramientas capaces de inspeccionar, descifrar y filtrar tráfico cifrado a escala. Pero todo eso implica licencias que se cobran por módulo, hardware específico y contratos de soporte que una pyme no puede asumir.

Las pequeñas y medianas empresas, en cambio, se encuentran con tres obstáculos recurrentes:

Costes elevados: Herramientas fragmentadas, módulos extra, cuotas por certificado. Cada pieza se licencia aparte, y el precio crece a medida que aumenta el tráfico.

Dificultad en la gestión: Renovaciones manuales, caducidades, configuraciones olvidadas.. demasiadas tareas para una o dos personas.

Falta de visibilidad: El tráfico entra cifrado, pero nadie sabe qué hay dentro

Soluciones todo en uno: seguridad, cifrado y disponibilidad sin complejidad

La buena noticia es que este escenario está cambiando. Hoy existen plataformas que permiten a una pyme gestionar cifrado, balanceo y seguridad en un mismo punto, sin comprar múltiples herramientas ni depender de infraestructura compleja.

Una de esas soluciones es SKUDONET, una plataforma de entrega y seguridad de aplicaciones desarrollada en España y utilizada por administraciones públicas y empresas privadas que necesitan proteger sus servicios online sin depender de infraestructuras complejas.

Con SKUDONET, una empresa puede:

Inspeccionar tráfico cifrado (TLS/SSL) sin afectar al rendimiento

Automatizar certificados sin tareas manuales ni riesgo de caducidad

Proteger frente a bots, fuerza bruta y ataques dentro de HTTPS

Balancear carga entre servidores para evitar caídas o saturaciones

Unificar seguridad y rendimiento en una sola interfaz visual

Ahorrar costes gracias a su modelo sin módulos extra ni licencias por función

Además, SKUDONET incluye soporte técnico especializado en español y una licencia de uso permanente, lo que evita cuotas inesperadas o dependencia del proveedor a largo plazo.

El resultado es una solución que acerca a las pymes la misma protección avanzada que antes solo estaba al alcance de grandes corporaciones, pero con un coste asumible y una administración simplificada.

El tráfico cifrado ha mejorado la privacidad de Internet, pero también ha cambiado las reglas del juego para la seguridad empresarial. Hoy, las amenazas ya no golpean desde fuera: viajan dentro de conexiones que parecen legítimas. La diferencia entre una web vulnerable y una protegida no está en tener HTTPS, sino en ser capaz de ver lo que ocurre dentro de él.

Más sobre Comunicados