14 de noviembre de 2025
Primera etapa: el impulso público y los incentivos
Durante los años 2000, muchos países europeos, entre ellos España y Alemania, comenzaron a promover la instalación de energías renovables como la eólica y la solar. El objetivo era reducir las emisiones de CO2, disminuir la dependencia de los combustibles fósiles importados y cumplir los compromisos medioambientales internacionales.
Para hacer viables estas tecnologías, que en ese momento eran costosas, los gobiernos establecieron sistemas de apoyo tales como primas a la producción las cuales añaden un incentivo al precio de mercado, tarifas reguladas (feed-in tariffs) que garantizaban un precio fijo por MWh durante varios años, subvenciones a la inversión para apoyar la creación y desarrollo de nuevas plantas o subastas de capacidad renovable.
La energía eólica fue la primera fuente renovable en alcanzar un desarrollo significativo a gran escala. Gracias a su madurez tecnológica, su menor coste comparado con otras renovables, y la alta disponibilidad de recurso en ciertas regiones, se instalaron miles de aerogeneradores en Europa.
España se convirtió en uno de los líderes mundiales en potencia eólica instalada, junto con Alemania, Dinamarca y Estados Unidos. Las grandes llanuras, las zonas montañosas y los parques costeros ofrecían condiciones ideales para esta fuente de energía limpia.
La energía solar fotovoltaica comenzó siendo más cara, pero su evolución tecnológica ha sido espectacular. Gracias al aumento de la producción mundial, especialmente en China, y a la mejora de la eficiencia de los paneles, su coste se ha reducido en más de un 80% desde 2010.
Esto ha permitido su despliegue masivo tanto a gran escala de plantas solares como a pequeña escala de instalaciones de autoconsumo en tejados. Hoy es una de las tecnologías más competitivas del mercado.
La reducción de costes y los avances regulatorios han abierto la puerta a nuevos modelos energéticos. El autoconsumo permite a hogares y empresas producir su propia electricidad mediante paneles solares. Además, con la figura del autoconsumo compartido, varias viviendas o negocios pueden beneficiarse de una misma instalación.
También han surgido las comunidades energéticas, que permiten a grupos de ciudadanos participar colectivamente en la generación, almacenamiento y gestión de energía renovable. Esto democratiza el acceso a la energía limpia y fortalece el tejido social y económico local.
Inicialmente, las renovables no participaban directamente en el mercado eléctrico, ya que tenían tarifas fijas garantizadas. Sin embargo, con el paso del tiempo y la reducción de costes, las nuevas instalaciones han comenzado a competir en el mercado en igualdad de condiciones con otras tecnologías.
Además, muchos proyectos se financian mediante PPA (Power Purchase Agreements), contratos a largo plazo que aportan estabilidad a productores e inversores. Las energías renovables ya no son una excepción; son el eje central del sistema eléctrico actual y futuro.
A pesar de que sea un objetivo de las comunidades internacionales, el crecimiento de las renovables trae consigo retos importantes. En la generación de la electricidad, estas energías son variables e intermitentes, ya que la disponibilidad de la energía solar o eólica no es controlable. Por esta razón cuanto mayor es la generación renovable más necesario se hace el almacenamiento energético, como las baterías o el bombeo hidráulico, con tal de poder reutilizar la energía sobrante generada durante los picos de producción a horas dónde la generación es menor.
Además, al hacer partícipes activos del mercado eléctrico a autoconsumidores y comunidades energéticas, es necesario el refuerzo de las redes eléctricas para integrar una mayor distribución de la generación y la digitalización del sistema para poder implementar una gestión más avanzada y precisa de la demanda. Superar estos desafíos es clave para lograr un sistema 100% renovable, fiable y seguro.
Esta publicación es la tercera parte de una serie sobre los principales hitos del sistema eléctrico y sus perspectivas para los próximos años titulada “El sistema eléctrico en evolución”. El objetivo es ofrecer una panorámica actualizada y estructurada sobre el presente y el futuro del sistema eléctrico europeo.
AleaSoft Energy Forecasting, a través de su división AleaGreen, proporciona previsiones de largo plazo, esenciales para la financiación de proyectos de energías renovables y la firma de contratos PPA, la valoración de activos y la generación de estrategias de cobertura. Entre los servicios que ofrece AleaGreen se encuentran las previsiones de producción para diferentes tipos de plantas renovables acompañadas de las correspondientes previsiones de precios además de previsiones de garantías de origen.
Además, la división AleaStorage analiza la viabilidad de proyectos de almacenamiento con baterías, tanto en stand alone como en hibridación con plantas renovables, estimando sus ingresos y rentabilidad a largo plazo, optimizando su operación y proporcionando análisis personalizados para distintos modelos de negocio.