17 de noviembre de 2025
Las transformaciones emocionales, cognitivas y sociales que se producen durante la adolescencia suponen uno de los mayores retos en la convivencia familiar. En esta etapa, marcada por la búsqueda de identidad y autonomía, muchas madres y padres se enfrentan a una realidad que les desconcierta: sus hijos adolescentes les mienten. Esta conducta, lejos de ser un fenómeno aislado, responde a dinámicas complejas que requieren comprensión y estrategias educativas adecuadas.
Desde esta perspectiva, el proyecto Surfeando la Adolescencia, liderado por la psicóloga especializada en adolescencia y coach emocional Elvi Barrios, ofrece recursos especializados para abordar de forma respetuosa y práctica las dificultades que surgen en la relación madre–hijo/a adolescente. Su propuesta parte de una mirada integradora que no se centra en el castigo, sino en el fortalecimiento del vínculo, la gestión emocional y la construcción progresiva de confianza para que madres y adolescentes vivan esta etapa con más calma, conexión y seguridad emocional.
Cuando los adolescentes mienten, lo hacen en muchos casos como estrategia para evitar conflictos, preservar su intimidad y autonomía o proteger su imagen ante los adultos. Esta conducta, aunque inadecuada, suele reflejar dificultades más profundas relacionadas con la percepción del entorno familiar, el miedo al juicio o la falta de canales seguros de comunicación.
A través de su método educativo IMPULSA —basado en seis áreas clave del desarrollo adolescente (inteligencia emocional, comunicación, conducta, identidad, bienestar y talento)—, Elvi Barrios trabaja con madres y adolescentes de forma diferenciada pero complementaria, con el objetivo de mejorar la convivencia desde la prevención, el acompañamiento emocional y el fortalecimiento del vínculo familiar. El programa combina mentorías para madres y sesiones individuales con adolescentes, centradas en aspectos como la regulación emocional, la autoestima, la motivación y el desarrollo de habilidades sociales.
El enfoque parte de una base psicológica y educativa, pero se despliega con herramientas prácticas adaptadas a las necesidades reales de las familias. La escucha activa, el respeto mutuo y la creación de espacios de diálogo son elementos clave para reconstruir la confianza adolescente cuando esta se ha visto afectada.
Además de los procesos individuales, el proyecto ofrece contenidos divulgativos y formaciones digitales que permiten acceder a estrategias educativas desde cualquier lugar. Esta propuesta se adapta a la vida cotidiana de las familias, con el objetivo de facilitar herramientas que reduzcan los conflictos y refuercen el vínculo afectivo.
Cuando se comprende que los adolescentes mienten como parte de una etapa de desarrollo, es posible transformar esa experiencia en una oportunidad de crecimiento conjunto. Con una mirada respetuosa y los recursos adecuados, la adolescencia deja de vivirse como una etapa de lucha para transformarse en un espacio de conexión, crecimiento y evolución compartida.