20 de noviembre de 2025
El debate sobre la escolarización a partir del primer año de vida vuelve cíclicamente a la conversación de muchas familias: conciliación, bienestar infantil y calidad pedagógica son los ejes recurrentes. En este contexto, Mundaiz Ikastetxea ha consolidado una propuesta para 1 año que, según su propio proyecto educativo, prioriza el vínculo afectivo, un ambiente preparado y rutinas estables como base del aprendizaje temprano.
De acuerdo con la documentación pública del centro, el Aula de 1 Año se organiza en torno a espacios tranquilos, materiales sensoriales y naturales, y una secuencia de actividades que busca previsibilidad en la vida cotidiana del aula (alimentación, descanso, higiene y juego). El objetivo declarado no es adelantar contenidos, sino acompañar el desarrollo motor, cognitivo y socioemocional respetando los ritmos individuales.
El equipo educativo —según la misma fuente— trabaja con observación sistemática y presencia atenta, poniendo palabras a lo que ocurre en el aula y cuidando la relación con cada niño y con su familia. El diseño del espacio incluye mobiliario a escala, zonas diferenciadas por tipo de actividad y criterios de seguridad acordes a esta etapa.
El centro subraya la comunicación regular con los hogares mediante encuentros y canales específicos, con la intención de alinear expectativas y hábitos. Asimismo, sitúa esta etapa como el inicio de un itinerario continuo dentro del propio colegio, que abarca desde 1 año hasta etapas posteriores, con la promesa de coherencia metodológica y acompañamiento estable a lo largo del tiempo.
En su comunicación institucional, Mundaiz afirma que el día a día del aula se comparte con transparencia mediante materiales informativos y testimonios visuales publicados en su web, con el fin de mostrar rutinas reales y el tipo de propuestas que se trabajan en clase.
En el plano económico, el centro ha aplicado una reducción en la cuota del Aula de 1 Año “para poner la propuesta al alcance del mayor número de familias posible”, según se indica en sus canales oficiales. La información sobre condiciones y disponibilidad se tramita a través de la secretaría del colegio. Fuentes del centro insisten en que la medida busca facilitar el acceso sin alterar los estándares de calidad pedagógica declarados.
Vínculo y seguridad afectiva. La intervención adulta se plantea como acompañamiento: observar, esperar y verbalizar antes que dirigir.
Ambiente preparado. Materiales no estridentes, orden visible y estética calma para favorecer la exploración autónoma.
Rutinas estables. Comer, descansar y jugar en ritmos previsibles que aporten seguridad y hábitos saludables.
Juego como motor. Propuestas activas y lúdicas para integrar desarrollo motor, cognitivo y social.
Seguridad y escala. Mobiliario y espacios adaptados a la etapa, con criterios de protección específicos.
Especialistas y equipos educativos suelen coincidir en algunos indicadores observables cuando se evalúan aulas de 1 año:
Relación adulto–niño/a: si hay tiempos de observación, validación emocional y lenguaje ajustado a la situación.
Organización del espacio: si la disposición invita a explorar sin sobreestimular, con materiales a su alcance y orden comprensible.
Rutinas y tiempos: si la planificación confiere previsibilidad y cuida las transiciones (alimentación, sueño, higiene, juego).
Propuestas didácticas: si el juego está en el centro y se respetan los ritmos individuales.
Seguridad y accesibilidad: si el aula y los patios cumplen criterios de escala y protección propios de la etapa.
Relación con las familias: si existe un marco estable de comunicación y seguimiento.
La oferta de Mundaiz se sitúa en el mapa local de opciones para 1 año con un enfoque que combina acompañamiento afectivo, estructuras de rutina y ambientes sin sobreestimulación, según su propuesta pública. La reducción aplicada a la cuota —comunicada por el propio centro— añade el componente de accesibilidad económica en un segmento en el que el precio es un factor determinante para muchas familias.