Digital Sevilla
16 de diciembre de 2025
Diciembre es ese mes en el que el sur se transforma y cada destino muestra su personalidad propia. Sevilla vibra con la energía de la ciudad y su bullicio navideño, mientras que Aracena invita a respirar tranquilidad entre bosques y senderos. Ambos lugares comparten la magia de la temporada: la luz cálida que envuelve las calles, la gastronomía que reconforta y la sensación de cerrar el año con algo especial. Para muchos, es el momento perfecto para viajar; para otros, la excusa ideal para planear una escapada invernal que combine cultura, naturaleza y bienestar y pocas propuestas funcionan mejor que unir Sevilla y la Sierra de Aracena en un mismo viaje.
Lo que realmente hace especial a esta combinación es cómo cada experiencia potencia a la otra. Para quienes aman la Navidad tanto en su versión vibrante y ajetreada como en la más pausada y tranquila, Sevilla y Aracena ofrecen la escapada perfecta: dos formas distintas de vivir la temporada y cerrar el año, unidas en un solo viaje inolvidable.
La capital andaluza vive diciembre con un ritmo diferente. La ciudad se ilumina; los mercados navideños brotan entre plazas y avenidas, y los planes culturales se multiplican. Para quienes desean disfrutar de esta atmósfera desde un alojamiento céntrico y acogedor, Aquitania Home Suites se convierte en una apuesta segura.
Ubicado en un edificio histórico de 1920 firmado por Aníbal González Álvarez-Ossorio, este espacio ha sido restaurado respetando su esencia original. Sus estudios, apartamentos y áticos —todos con cocina totalmente equipada, Smart TV LG®, climatización Daikin® y aislamiento acústico— ofrecen el equilibrio perfecto entre independencia y confort. Algunos incluyen terraza privada, y su azotea con piscina y vistas a la Giralda se convierte en un lugar mágico para cerrar el día bajo el cielo sevillano, mientras la ciudad brilla y late a su propio ritmo.
A poco más de una hora de Sevilla, la Sierra de Aracena muestra en invierno uno de sus mejores momentos. El paisaje es verde y húmedo, los senderos huelen a tierra y a chimenea, y las localidades históricas se llenan de vida gracias a la temporada alta del ibérico. Aracena, con su casco antiguo catalogado como Bien de Interés Cultural, es la puerta perfecta de entrada.
Allí, el Hotel Convento Aracena & Spa —un antiguo convento del siglo XVII convertido en hotel boutique— ofrece un remanso de paz que combina historia, naturaleza y bienestar. Sus muros centenarios conviven con un spa moderno donde la relajación marca el ritmo: piscina de hidroterapia, sauna, baño turco, duchas de contraste y rituales personalizados que van desde masajes antiestrés hasta reflexología podal. Todo pensado para resetear cuerpo y mente antes de comenzar el nuevo año.
Su entorno potencia aún más la experiencia: caminos rurales que serpentean entre castaños, aire puro, silencio y una gastronomía que combina tradición y producto local. En el restaurante Huerto Nun, ubicado en el antiguo huerto del convento, cada plato se concibe como un guiño al bienestar, apostando por sabores de temporada y materias primas de la sierra.
Más información www.eikhoteles.com/
