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Cómo una empresa familiar catalana ha llevado sus envases a los cinco continentes

17 de diciembre de 2025

Un referente en diseño y fabricación de envases de plástico a medida

En la industria catalana hay empresas que han crecido lejos del foco mediático, pero cuya trayectoria demuestra lo mucho que puede aportar, especializarse en algo y hacerlo bien. Es el caso de Triana, una empresa fabricante de envases de plástico que cuenta con más de cincuenta años de historia, cuyos productos se distribuyen hoy en día en supermercados y farmacias de los cinco continentes. Su desarrollo es un ejemplo de cómo la combinación de tradición, innovación y visión empresarial puede impulsar a una compañía familiar hasta convertirla en un referente internacional.

Triana nació en la década de los sesenta, cuando los envases de plástico para medicamentos eran algo nuevo. Félix Triana, que tenía experiencia previa como responsable de producción en el sector, decidió emprender junto a su esposa, María Rosa Vila. Él se encargó del conocimiento técnico y ella de la gestión y la expansión comercial en un momento en que los laboratorios y las farmacias de Barcelona empezaban a necesitar soluciones modernas y fiables. Tomar conciencia de esta necesidad del sector sanitario se convirtió en uno de los pilares que impulsaron el crecimiento de la empresa.

De aquellos primeros envases a un catálogo que hoy es global

Con los años, la compañía amplió su actividad y se consolidó como uno de los fabricantes de envases farmacéuticos más reconocidos del país. Tiempo después fueron añadiendo soluciones para alimentación y cosmética, ampliando el catálogo y consolidando su posición entre los fabricantes de envases de plástico de ambos sectores. Este progreso permitió adaptar la producción a sectores con exigencias muy distintas y responder a necesidades de clientes que buscaban un envase específico.

La base de este avance estuvo en la apuesta continua por procesos de alta precisión y con certificaciones. La implantación de la ISO 13485, acreditación específica para productos sanitarios y dispositivos médicos, supuso un gran salto en la capacidad de la empresa para trabajar en un entorno muy regulado. A ello se sumó la puesta en marcha de una Sala Blanca ISO 7, un equipamiento clave para que Triana se posicionara como uno de los fabricantes de productos sanitarios de referencia a nivel nacional.

Instalaciones diseñadas para ofrecer máxima calidad y seguridad

Las instalaciones actuales, ubicadas en Barberà del Vallès, ocupan 2.700 m² y están preparadas para gestionar todas las etapas del proceso de fabricación. La planta cuenta con 16 máquinas inyectoras y dos salas con sistemas de filtración y renovación del aire que crean un entorno seguro para la producción. Se suma a ello una sala seca diseñada para trabajar con ambientes de baja humedad, ideal para envases con gel de sílice o piezas que requieren estabilidad absoluta.

El taller de moldes es otro de los elementos diferenciales de IP Triana. Allí se reparan moldes con maquinaria de erosión, rectificadoras, tornos CNC y otras herramientas que garantizan que cada envase salga tal como se espera. Tener esta capacidad permite cuidar la calidad, responder más rápido y controlar todo el proceso de principio a fin.

Además, ofrece impresión DryOffset, que permite decorar los envases con hasta seis tintas, sin pasos extra. Gracias a ello, los clientes pueden trabajar con un proceso más ágil y obtener un acabado uniforme incluso en grandes producciones.

Un diseño propio para crear envases adaptados a cada cliente

En un mercado donde la diferenciación es clave, Triana apuesta por el diseño y fabricación de envases de plástico a medida. Para ello cuenta con un departamento propio de ingeniería y diseño industrial que desarrolla proyectos específicos y también impulsa líneas propias. El tapón Butterfly y Dosica son buenos ejemplos de cómo la empresa combina técnica y creatividad en sus desarrollos.

Este enfoque personalizado se apoya en un equipo administrativo multilingüe que gestiona presupuestos, certificaciones, documentación técnica y toda la trazabilidad de cada producción siguiendo la normativa ISO 9001. Esto les permite seguir todo el proceso junto al cliente, desde el diseño hasta la entrega, asegurando un servicio ágil y adaptado a cada sector.

Una empresa catalana de origen familiar que hoy llega a todo el mundo

El crecimiento de Triana no solo se explica por su especialización. La continuidad familiar también ha tenido un papel clave. Hoy la empresa está en manos de Carles Triana y Aleix Triana, hijo y nieto de los fundadores, que lideran un equipo de 60 profesionales. Su manera de trabajar ha permitido conservar el espíritu de empresa familiar mientras incorporan nuevas metodologías, invierten en maquinaria y apuestan por mejorar los procesos.

Este equilibrio entre tradición e innovación ha hecho posible que el 30% la facturación provenga de exportaciones directas y otro 20% exportaciones indirectas. Gracias a ello, los envases de la compañía están presentes en tiendas y farmacias de los cinco continentes, un logro poco habitual para una empresa industrial de tamaño medio.

Más de 60 años dedicados al sector del envase

La historia de Triana demuestra que la industria catalana sigue teniendo fuerza para crear proyectos sólidos con proyección internacional. Lo que empezó como una idea de dos emprendedores con ilusión, ha crecido con los años hasta convertirse en una empresa que hoy trabaja con mercados de todo el mundo, sin perder su esencia familiar.

Triana es un buen ejemplo de cómo la especialización técnica, las certificaciones, unas instalaciones bien preparadas y, sobre todo, el trato cercano con cada cliente, pueden hacer que un proyecto local crezca paso a paso y llegue mucho más lejos en un sector como el del envase.

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