4 de mayo de 2023
La Dra. Nuria Urquiza es cirujana ortopédica, especializada en traumatología deportiva. Nació y estudió en Madrid, donde se formó académicamente y se desarrolló como médico y como persona.
La doctora ha ejercido desde siempre su profesión como traumatóloga en Bilbao, ciudad que hoy en día considera como su segunda casa. La traumatología es su gran pasión, aunque lo compagina con el deporte y viajar, lo que considera otros pilares fundamentales de su vida.
A lo largo de su trayectoria profesional, se ha especializado en el tratamiento de lesiones en pacientes deportistas, tratando a sus pacientes con técnicas como la artroscopia o mediante otras pautas que eviten una intervención quirúrgica cuando sea posible.
-Doctora Urquiza, ¿por qué decidió especializarse en pacientes deportistas?
-En primer lugar, por mi interés en el mundo del deporte: algunos médicos tenemos un interés y una pasión innata por el deporte y la actividad física. He experimentado los beneficios para la salud y el bienestar que puede proporcionar el deporte. Por lo tanto, decidí especializarme en pacientes deportistas para combinar mi afición con mi profesión médica.
El cuidado médico de los pacientes deportistas puede requerir un conjunto único de conocimientos y habilidades especializadas. Estos pueden incluir la prevención, diagnóstico y tratamiento de lesiones deportivas específicas, la optimización del rendimiento atlético, la nutrición deportiva y la rehabilitación.
La medicina deportiva a menudo adopta un enfoque global en el cuidado de los deportistas, que implica no solo el tratamiento de las lesiones, sino también la promoción de un estilo de vida saludable, la prevención de enfermedades y la optimización en los tiempos de recuperación.
-¿Qué tipo de lesiones son las más frecuentes en el caso de los deportistas que trata, que requieran de cirugía?
-Las lesiones deportivas que pueden requerir cirugía pueden variar ampliamente según el tipo de deporte, la intensidad y la frecuencia de la actividad física, la edad o el nivel de condición física del deportista, así como otros factores individuales.
Algunas de las lesiones deportivas que pueden requerir cirugía con mayor frecuencia incluyen:
Lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA): las lesiones del LCA son comunes en deportes que involucran cambios de dirección y movimientos bruscos, como el fútbol, baloncesto y esquí. La cirugía puede ser necesaria para reparar o reconstruir el LCA dañado y restaurar la estabilidad de la articulación de la rodilla.
Lesiones del menisco: los meniscos pueden lesionarse durante giros o movimientos de torsión en deportes como el fútbol, baloncesto y rugby. Dependiendo del tipo y la ubicación de la lesión meniscal, puede ser necesaria una cirugía para reparar o remodelar el menisco dañado.
Lesiones del manguito de los rotadores: este grupo de músculos y tendones en el hombro pueden sufrir desgarros o lesiones en deportes que requieren movimientos repetitivos del brazo, como el béisbol, el tenis y la natación. La cirugía ayuda a reparar el manguito de los rotadores dañado y restaurar la función del hombro.
Fracturas y luxaciones: las fracturas y luxaciones pueden ocurrir en diversos deportes debido a caídas, impactos o traumatismos. Dependiendo de la gravedad, la cirugía puede ser necesaria.
Lesiones del cartílago articular: el cartílago articular puede lesionarse debido a traumatismos agudos o desgaste crónico en deportes que implican movimientos repetitivos de las articulaciones, como correr, saltar o girar. La cirugía tiene por objetivo intentar reparar o regenerar el cartílago dañado y restaurar la función articular.
Es importante aclarar que no todas las lesiones deportivas requieren cirugía y que el enfoque del tratamiento puede variar según la gravedad de la lesión, la edad y la salud del paciente, así como otros factores clínicos.
-¿Cuál es la ventaja del uso de la técnica quirúrgica de la artroscopia?
-La artroscopia es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que se utiliza para diagnosticar y tratar lesiones articulares en diferentes articulaciones del cuerpo, como la rodilla, hombro, codo, cadera y tobillo. La artroscopia ofrece varias ventajas en comparación con las técnicas quirúrgicas tradicionales, tales como una menor invasión. La artroscopia utiliza incisiones pequeñas, generalmente de menos de 1 cm, a través de las cuales se inserta un artroscopio (un dispositivo con una cámara y luz) y otros instrumentos quirúrgicos especializados. Esto minimiza la cantidad de tejido que se debe cortar o separar, lo que reduce el trauma quirúrgico y el riesgo de complicaciones. Esto se traduce en menor dolor y tiempo de recuperación.
La artroscopia también puede reducir el riesgo de complicaciones quirúrgicas, como infecciones, hemorragias y cicatrices excesivas.
El artroscopio, además, permite una visualización directa del interior de la articulación, lo que facilita el diagnóstico preciso de las lesiones articulares.
Y no hay que olvidarse que las cicatrices son más pequeñas y estéticamente más agradables en comparación con las incisiones de la cirugía abierta.
-¿Cómo es la recuperación tras la artroscopia?
-La recuperación después de una artroscopia puede variar dependiendo de la articulación afectada y la extensión del procedimiento realizado.
Después de una artroscopia, es importante descansar y seguir las indicaciones de los doctores en cuanto a la carga de peso, el uso de férulas o vendajes, y cuidado de la herida quirúrgica. Puede que sea necesario utilizar muletas o limitar la actividad física durante un período de tiempo determinado. Es muy probable que los profesionales de la sanidad tengan que recetar a sus pacientes medicamentos para controlar el dolor y la inflamación.
En el caso de pacientes deportistas, es muy importante un trabajo de readaptación deportiva, además de la terapia física y la rehabilitación. Y por último, no olvidarse que muchas veces una lesión puede tener un impacto significativo en el estado mental y emocional de los atletas.