19 de marzo de 2024
Desde que en 1924 Hans Berger logró registrar, lo que llamó electroencefalograma y fue capaz de identificar los tipos de ondas cerebrales: delta, theta, alfa, beta y gamma, distintos avances y descubrimientos científicos permitieron que, entre los años 50 y 60, N.E.Miller, investigador en la Universidad de Yale, haciendo uso de las leyes del aprendizaje, descubrió que podía enseñar a animales de laboratorio, a entrenar y, por tanto, modificar sus funciones autonómicas consideradas, hasta entonces, inmodificables.
Poco tiempo después, en 1965, Barry Sterman, descubrió un ritmo que denominó sensorimotor- SMR- 12-15h; en sus estudios demostró que el ritmo sensorimotor reducía las crisis epilépticas en gatos. Numerosos estudios le siguieron que relacionaban alteraciones neurofisiológicas a variables cognitivas, emocionales y psicológicas. Estas investigaciones avanzaron y se unieron en una escuela conocida como neurofeedback.
La propuesta principal de esta corriente es realizar un entrenamiento cerebral, similar al que realizan los deportistas con el cuerpo, para sacar el máximo provecho de la capacidad individual de una persona.
Según explican los especialistas de SMR Psicología, que cuentan con una experiencia de más de una década en este sector, este trabajo resulta beneficioso en distintos niveles. Por ejemplo, es especialmente útil tanto para mejorar la atención y la concentración, como para conseguir una mayor estabilidad emocional, conductual y de control de los impulsos. En este centro ubicado en Madrid se llevan a cabo entrenamientos con distintos programas para conseguir estos objetivos.
Tras realizar una exhaustiva valoración inicial, que puede incluir un electroencefalograma cuantitativo o qEEG, se colocan los sensores en el cuero cabelludo del paciente para, exclusivamente, medir la actividad de las ondas cerebrales. Después se programa un entrenamiento para que la persona interactúe con sus propias ondas cerebrales a través de videojuegos. De esta forma, el cerebro cuenta con feedback en tiempo real y aprende qué es lo que tiene que hacer. El propósito de estas sesiones es modular las ondas cerebrales hasta conseguir las mejorías que se están buscando. Cabe destacar que los sensores que se emplean no producen ningún tipo de estimulación o dolor.
Además de los beneficios mencionados anteriormente, al desarrollar estos entrenamientos, es posible mejorar la capacidad de planificación, de organización temporal y espacial, la atención, la concentración, regular y controlar las emociones, mejorar la calidad del sueño, la fatiga diurna, calmar el dolor y retrasar los efectos del envejecimiento, entre otros. Este entrenamiento no tiene ningún tipo de efecto secundario.
El TDAH es un trastorno que se caracteriza por un déficit en la capacidad de atención y concentración que suele ir acompañado de hiperactividad, problemas de conducta y del control de los impulsos que interfieren en la adaptación, del que lo padece, en el trabajo, escuela, social y familiar.
En muchos de estos casos el tratamiento es farmacológico. Ahora bien, no todas las personas afectadas responden bien a la medicación y, además, está demostrado que, al abandonar la medicación, los cambios positivos desaparecen. En cambio, con sesiones de neurofeedback los niños pueden aprender a modular sus ondas cerebrales, mejorando su autoregulación y control emocional y conductual, además de su capacidad de atención y concentración.
De esta forma, las personas con TDAH al no contar con una regulación óptima del lóbulo frontal, logran, a través del entrenamiento, fortalecer las conexiones de esta zona y, logran, por tanto, un mayor control de los impulsos y las reacciones emocionales. .
A través de SMR Psicología es posible acceder a sesiones de entrenamiento cerebral y neurofeedback en Madrid para conseguir distintos beneficios. Este tratamiento está probado científicamente, no es invasivo, es indoloro y no produce ningún tipo de efecto secundario.