14 de agosto de 2024
En el mundo de la seguridad alimentaria, cumplir con la legislación es esencial, pero muchas empresas del sector alimentario optan por seguir normas más estrictas que van más allá de lo exigido legalmente. Estas normas son reconocidas internacionalmente y establecen directrices rigurosas para garantizar la seguridad y calidad de los productos alimentarios en cada etapa de la cadena de suministro. A continuación, se exploran algunas de las normas más destacadas reconocidas por la Global Food Safety Initiative (GFSI), desde la producción primaria hasta la industria alimentaria.
Se trata de una norma internacional diseñada para garantizar buenas prácticas agrícolas. Específicamente dirigida a la producción primaria, cubre aspectos como la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental, la salud y la seguridad de los trabajadores, y el bienestar animal.
Se aplica a productores agrícolas y ganaderos, asegurando que los productos se cultiven y manejen de manera segura y sostenible.
Aunque muchos países tienen regulaciones sobre producción primaria, Global G.A.P. establece directrices más estrictas, como el manejo detallado de productos fitosanitarios y el uso eficiente del agua, para garantizar un producto seguro y sostenible.
Se trata de un estándar global de seguridad alimentaria desarrollado por el British Retail Consortium. Es ampliamente utilizado en todo el mundo por fabricantes de alimentos para garantizar que los productos sean seguros, de alta calidad y cumplan con todos los requisitos legales. Además, es casi un requisito implícito para poder exportar al Reino Unido.
Se enfoca en la industria alimentaria, cubriendo desde la producción hasta la distribución y aborda temas como el control de procesos, la higiene y la trazabilidad. Sin embargo, no solo engloba el mundo alimentario, ya que también tiene variantes de materiales de envasado, logística, bróker y productos de cuidado personal.
Además, BRCGS incluye controles rigurosos que van más allá de las normativas legales, como auditorías más frecuentes y detalladas, y un enfoque en la cultura de seguridad alimentaria dentro de la empresa.
La FSSC 22000 es una norma de certificación completa que integra ISO 22000 (sistemas de gestión de la inocuidad de los alimentos) con programas de prerrequisitos específicos del sector. Está reconocida por GFSI y se aplica ampliamente en la cadena de suministro alimentaria.
Cubre todas las etapas de la cadena alimentaria, desde los fabricantes de alimentos hasta los productores de envases y otros proveedores.
Esta norma también exige un enfoque sistemático y continuo de la seguridad alimentaria, con un énfasis en la mejora constante y la preparación ante posibles crisis alimentarias.
SQF es un programa de certificación reconocido internacionalmente que garantiza que los productos alimentarios cumplen con los más altos estándares de seguridad y calidad. Es particularmente popular en América del Norte y se enfoca en toda la cadena de suministro, desde la producción hasta la distribución.
Este programa se aplica a todos los niveles de la cadena de suministro, incluyendo producción primaria, procesamiento y distribución, y pone un fuerte énfasis en la calidad del producto, además de la seguridad alimentaria, con auditorías regulares y requisitos estrictos para la documentación y la trazabilidad.
Es una de las normas más reconocidas en el sector, siendo IFS Food la más implementada, y se utiliza para auditar a los fabricantes de alimentos y empresas que procesan alimentos o empaquetan productos alimenticios a granel. Se centra en la seguridad alimentaria y la calidad de los procesos de producción.
Es aplicable a todas las etapas de la producción alimentaria, incluidas las actividades relacionadas con el envasado y se distingue del resto de normas por su enfoque detallado en la gestión de la calidad, la seguridad alimentaria y el cumplimiento con especificaciones del cliente, ofreciendo una garantía adicional más allá de las exigencias legales. IFS también cuenta con variantes de logística, bróker, materiales de envasado, productos de higiene personal o mayorista, entre otras.
Adoptar estas normas de seguridad alimentaria reconocidas por GFSI no solo garantiza el cumplimiento legal, sino que también proporciona un marco de trabajo más riguroso para asegurar la seguridad, calidad y sostenibilidad de los productos alimentarios. Para las empresas que buscan destacarse en el mercado global, certificarse bajo estas normas es una forma efectiva de demostrar su compromiso con la excelencia en seguridad alimentaria y de construir la confianza con sus clientes y consumidores.
En Ingade ofrecen un equipo destinado a acompañar a las empresas durante todo el proceso de implantación y certificación, con la única intención de hacer fácil aquello que, de primeras, puede resultar tedioso.