25 de noviembre de 2024
A la calamidad y miseria que es la guerra, se suma hoy el peligro de auto-exterminio en una guerra nuclear, pero HUM- Human Unity Movement - Movimiento de Unidad Humana, ofrece la solución.
Hasta el presente rige el derecho -el interés del más fuerte, y eso era “el orden o la paz”, pero en el tiempo se puede dar un paso más: la convivencia humana, pues obviamente con la toma decisiones pública, incluyente (por unanimidad) se buscará solo el bien común y no se amenazará ni dañará. Así se funda la República Mundial:
ACUERDO
Que todas las unidades armadas y las partes en guerra declaran el cese de las hostilidades y cesan su desarrollo en apoyo y convocatoria de la creación de la República Mundial que asume responsabilidad por la seguridad humana común y, por tanto, el mando sobre todas las armas y unidades armadas para llevar a cabo el desarme y la cooperación por el bien común.
Nota 1: La convocatoria y constitución de la república es tarea de cada persona, pues está basada en su racionalidad, sin distinción de estado o rango; sería contradictorio pretender que las armas -los estados y sus representantes - sus funcionarios, fueran los promotores del desarme.
El problema humano es que el arma priva de libertad, somete desde la POTENCIA, mediante el terror que causa la anticipación de su efecto, por lo que queda fuera del ámbito del derecho, que solo es válido para los HECHOS.
Y un arma solo puede contrarrestarse con otra arma y solo si alcanza potencia equivalente, por eso el arma es la máxima producción humana en todo tiempo y lugar, a la que otras producciones se subordinan, y el fin verdadero de todas las actividades humanas como la política, la economía…. (los humanos no son más que esclavos, un simple caldo de cultivo o medio para el arma). Y si ningún arma prevalece, y da derecho, se sigue la destrucción mutua, la guerra, que tiene siempre por objeto "desarmar al enemigo" (Clausewitz). Porque lo que siempre está en juego, más allá de todo lo que se diga, solo puede ser la voluntad que rige sobre la otra sin alternativa, ya que incluso la voluntad que prevalece tampoco es libre; no puede ser otra que armarse tanto cuanto pueda e impedírselo al otro, y eso lo sabe y asume cada parte de la otra.
Que el arma actúa desde su potencia significa que lo hace desde su mera existencia, anterior al ser humano quien no tuvo otra opción que adaptarse a ella y vive inmerso en su diabólico círculo vicioso del que hoy en el mundo global se puede salir mediante la constitución de la República Mundial, cuya consecuencia es el desarme, pues unidos el arma resulta redundante, ya que su única razón de ser es su existencia, es por sí misma/contra sí misma. Los humanos son inconscientes de ello porque el propósito de daño no se publica, sería contraproducente, y se atribuye el mal a la voluntad de aquel al que se pretende doblegar. Pero, ¿Cómo podría hacer mal el malo sin el arma? Los humanos todos viven encadenados a un estado, un arma incorporada que previene la libertad y/o humanidad mediante la jerarquía o total desigualdad -injusticia tanto en el estado como en el ejército, pues impiden el trato humano, racional mediante la distribución piramidal de rangos, poderes y bienes, en adaptación a su propósito de daño como arma (incorporada).
El arma es contradictoria con ser incluyente, mientras que la causa común de los humanos en el desarme, la responsabilidad y oposición al mal o propósito de daño manifiesto e innegable en el arma, resulta en la inclusividad, la cooperación por el bien común, pues el desarme solo puede ser universal -y si no fuera universal sería igualmente servir al arma, solo que a otra arma. Y esto es lo que hay que compartir ahora con el resto de la Humanidad para nuestro entendimiento mutuo y universal.
Nota 2: No es que los humanos hayan desconocido hasta hoy esa capacidad o condición humana de la anticipación y por eso hayan apelado al derecho, sino que el derecho asumía o resultaba de la inevitable parcialidad o unilateralidad de la toma de decisiones, de los propósitos en un mundo ignoto e incomunicado y, por tanto, la única posibilidad de la publicidad era el derecho -que es negativo, requiere y así justifica la fuerza.
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