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Casvi International American School lo advierte; ignorar el arte en la educación es un grave error

11 de marzo de 2025

Casvi International American School lo advierte; ignorar el arte en la educación es un grave error

Durante décadas, las asignaturas relacionadas con el arte o la música eran consideradas como materias para subir nota o perder el tiempo. Durante mucho tiempo, “las escuelas priorizaban las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) sobre el arte”. Sin embargo, desde hace unos años, y especialmente desde “la introducción de la tecnología en las aulas con el fin de promover el diseño digital, como el gráfico o diseño de producto”, la sociedad está empezando a valorarlas, argumenta la profesora de arte del colegio americano en Madrid, Casvi International American School, Robin Oshaughnessy.

Parte de esta devaluación del impacto que tienen este tipo de materias es que no son “un aprendizaje de tipo memorístico o de respuesta estrictamente correcta o incorrecta”, señalan los expertos.

Ya no se habla de STEM en muchos colegios, sino de STEAM (“A” de Artes). Y es que, según diversos estudios, la enseñanza de las bellas artes desde edades muy tempranas impulsa a los pequeños a “desarrollar habilidades que lo acompañarán a lo largo de su vida”.

El dibujo, la pintura y la escultura dan voz a los niños, ya que les permite reflejar cómo piensan y ven el mundo. Es decir, durante este proceso, el menor procesa lo que percibe del entorno que le rodea y lo interpreta a partir de lo que siente y forma parte de su mundo interior.

En este sentido, a nivel emocional, las artes ayudan a que los pequeños forjen su personalidad, desarrollen su creatividad y mejoren su autoestima, permitiéndoles así que expresen sin temor sus sentimientos, deseos y emociones. “Las artes fomentan la autoexpresión y la conciencia cultural, lo que permite al alumno desarrollar una comprensión más profunda de sí mismo y del mundo que le rodea”, sostiene Robin Oshaughnessy.

Por otra parte, la música también ofrece enormes beneficios que tienen efecto tanto en el desarrollo creativo, cognitivo como intelectual. Todo esto afecta positivamente en el hemisferio izquierdo, encargado del aprendizaje del lenguaje, los números y el uso de la lógica.

En otras palabras, aquellos niños que, o bien han aprendido a tocar un instrumento o que han sido estimulados musicalmente desde una edad muy temprana, suelen tener una mayor habilidad para resolver problemas matemáticos, aprender a leer y escribir. Asimismo, el conocimiento musical también tiene un impacto positivo en el desarrollo de la coordinación, la expresión corporal, la concentración y en la capacidad de relacionarse con otras personas. Todo esto les permitirá tener relaciones sociales “más fuertes y les facilitará el trabajo en equipo”, tal y como señala Montessori.

No obstante, algunos expertos como Natalia Villar-Cavieres apuntan que la educación artística puede darse de manera transversal e “integrarse dentro del conjunto de las demás disciplinas educativas”. De esta manera, se potenciaría aún más la creatividad, imaginación y persistencia, cualidades vitales para afrontar “los desafíos contemporáneos y contribuir al desarrollo integral”.

“Un buen sistema educativo tiene que alimentar y fomentar todas las formas de inteligencia, incluidas las relacionadas con el arte; en caso contrario descuidaría parcelas fundamentales del potencial humano y frenaría el desarrollo cognitivo de los niños”, señala el profesor de la universidad de Harvard, Howard Gardner.

Por su parte, la UNESCO asegura que la importancia de este tipo de educación está en “la formación de seres humanos más sensibles, empáticos y creativos que desarrollan una mayor interacción social”. La organización señala, además de los mencionados anteriormente, otros beneficios de la educación artística, como el refuerzo de la calidad en el aprendizaje o el aumento del entusiasmo e interés de los alumnos, lo que promueve a su vez un mejor ambiente escolar y el trabajo en equipo”.

En este contexto, la UNESCO organiza la Semana de la Educación Artística (SEA), con la que se pretende “sensibilizar” acerca de la relevancia de la educación artística, y promover “la diversidad cultural, el diálogo intercultural y la cohesión social”.

Porque, a fin de cuentas, "cada niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artista una vez se crece", tal y como comentaba Pablo Picasso.

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