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Los elevadores que transforman hogares: accesibilidad y comodidad en cada planta

3 de junio de 2025

Instalar un elevador es más fácil de lo que imaginas (y mejora mucho tu día a día)

Puede que hasta ahora no te hayas parado a pensarlo, pero lo cierto es que las escaleras marcan el ritmo de la vida más de lo que creemos. No solo para quienes tienen movilidad reducida o una edad avanzada, también para cualquiera que cargue con la compra, empuje un carrito o tenga que subir y bajar varias veces al día. Y lo peor es que a veces, ese simple detalle nos condiciona mucho más de lo que debería.

Por suerte, cada vez más personas optan por soluciones prácticas como la instalación de elevadores. No hablamos de grandes obras ni de cambios drásticos. Se trata de una decisión que mejora la calidad de vida, el confort y, por qué no decirlo, también el valor de cualquier vivienda o edificio.

Motivos que te pueden hacer plantearlo

No se trata de caprichos. Hay razones muy reales por las que cada vez más comunidades y propietarios particulares apuestan por instalar un elevador. Aquí van algunas de las más frecuentes:

  • Mejora la accesibilidad para personas mayores, con movilidad reducida o dificultades puntuales.
  • Aumenta el valor del inmueble de cara a futuras ventas o alquileres.
  • Reduce el riesgo de caídas y lesiones al eliminar escaleras como obstáculo principal.
  • Facilita el día a día: subir maletas, bolsas o carritos se vuelve más sencillo.
  • No requiere grandes obras si se elige el sistema adecuado para cada espacio.

¿Dónde se pueden instalar?

Aunque a menudo se asocian a edificios grandes, los elevadores son perfectamente viables en espacios más pequeños o particulares. Hay soluciones para casi todo tipo de estructuras:

  • Viviendas unifamiliares: cuando hay varias plantas, permiten seguir viviendo cómodamente con el paso del tiempo.
  • Comunidades de vecinos sin ascensor: ideales para portales antiguos con escaleras largas o sin acceso cómodo.
  • Negocios y locales: cumplen normativa de accesibilidad y mejoran la experiencia del cliente.
  • Zonas comunes o patios interiores: algunas instalaciones se adaptan sin quitar espacio útil a nadie.

Tipos de elevadores según el espacio y la necesidad

Hay varios tipos, y elegir el adecuado depende del uso previsto y del espacio disponible. No todos necesitan estructuras complejas ni obras intensas.

  • Elevadores verticales: los más comunes, van de una planta a otra de forma directa.
  • Plataformas salvaescaleras: siguen el recorrido de la escalera y ocupan menos espacio.
  • Modelos exteriores: se instalan en patios o fachadas y no afectan al interior del edificio.

Además, muchos sistemas no requieren foso ni cuarto de máquinas, lo que ahorra reformas y permite mantener la estética del lugar.

¿Por qué es mejor no esperar?

A menudo, se pospone esta decisión hasta que se convierte en una urgencia. Pero anticiparse tiene ventajas claras:

  • Permite planificar mejor la obra y el presupuesto
  • Facilita acceder a ayudas públicas o subvenciones
  • Se adapta mejor al uso cotidiano cuando no se hace con prisas
  • Es una mejora que se disfruta desde el primer día

Además, no se trata solo de pensar en hoy, sino también en mañana: en cómo vivirás tú, tu familia o tus vecinos dentro de unos años. Un pequeño gesto que cambia la forma de habitar un lugar.

Instalar un elevador es comodidad, seguridad, previsión y también una forma de cuidar el valor del espacio donde vives o trabajas. Y cuando moverse se vuelve más fácil, todo lo demás también mejora.

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