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Otro verano con el centro de la defensa en cuadro

1 de agosto de 2025

Foto via X

La lesión de Loïc Badé no ha provocado el problema, pero sí ha encendido todas las alarmas en una línea que, verano tras verano, se convierte en un quebradero de cabeza para el Sevilla FC. Desde los tiempos de Koundé y Diego Carlos, el eje de la zaga se tambalea cada pretemporada, y Matías Almeyda cruza los dedos para que el central francés llegue a tiempo al inicio liguero, que está a apenas dos semanas. Si no lo consigue, Kike Salas será el único central específico disponible, salvo un Marcao sobre el que nunca hay plena confianza.

El técnico argentino ha solicitado refuerzos a Antonio Cordón, al menos un defensa central. La dolencia en el sóleo de Badé —agravada en Alemania al jugar tocado— deja al Sevilla sin margen justo antes del estreno frente al Athletic Club. Para complicar más el panorama, Kike Salas arrastra la incertidumbre de su proceso judicial por un presunto vínculo con apuestas deportivas ilegales.

El resto del panorama defensivo tampoco invita al optimismo. Nianzou, cuya fragilidad física es ya conocida, estará de baja al menos dos meses, mientras Marcao sigue sin ofrecer garantías. Cada verano ocurre lo mismo: el entrenador de turno intenta darles protagonismo y acaba recurriendo a soluciones de emergencia.

Una de ellas es Nemanja Gudelj, habitual comodín en la defensa, aunque esta temporada la medular está mermada tras las salidas de Saúl y Lokonga, y la continuidad de Agoumé sigue rodeada de incógnitas pese a la reciente inversión parcial en su pase.

Con este escenario, Ramón Martínez, el joven central que debutó en Liga la pasada campaña con Joaquín Caparrós, apunta a tener minutos importantes en un arranque de temporada que vuelve a pillar al Sevilla sin su defensa titular completamente armada.

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