Comunicados

Ignacio Bonasa; El señor de lo proyectos con alma

13 de octubre de 2025

Un hombre que decidió escuchar al alma

Hay biografías que se miden en cargos y títulos.

Y hay otras que se escriben en heridas, despertares y renacimientos.

La de Ignacio Bonasa pertenece a las segundas.

Durante dos décadas fue un alto ejecutivo de banca: cifras, estrategias, poder. Todo funcionaba. Pero un día, en medio del éxito, el alma le susurró:

“Esto no puede ser todo.”

Aquel murmullo cambió su destino. Ignacio renunció a la seguridad para abrazar la incertidumbre, a la rentabilidad para buscar sentido, y al discurso para entregar emoción. Desde entonces, ha dedicado su vida a un propósito: demostrar que el arte, la belleza y la emoción pueden transformar empresas, personas y sociedades.

Hoy es Doctor en Liderazgo y Transformación Organizacional (EIU-París), Doctor en Educación y Desarrollo Humano (UNICAP México), y ha sido reconocido con múltiples Doctorados Honoris Causa.

Preside LIDERARTE, impulsa programas de bienestar y arte como RESETÉATE, lidera el movimiento global Dale la vuelta a la tortilla (Turn the Table) y preside el Parlamento de Líderes Latinoamericanos, una propuesta inédita de liderazgo ético y social.

No se trata solo de lo que hace, sino de cómo lo hace: con arte, con alma, con humanidad.

Y esa coherencia —rara en tiempos de ruido— lo ha convertido en un referente internacional de una nueva era: la del liderazgo con alma.

El hombre detrás del líder

Ignacio, antes de los proyectos, hubo una persona. ¿Qué te cambió?

La vida. O, mejor dicho, el alma. Llega un punto en que el éxito profesional deja de llenar. Yo tenía una carrera brillante, pero no tenía paz.

El arte me salvó. Me ayudó a reconectarme con lo esencial: con la emoción, la belleza, el propósito. Ahí empezó mi verdadero liderazgo.

¿Cuál fue el momento de inflexión?

Recuerdo estar frente a un espejo y no reconocerme. Vivía de afuera hacia adentro. Ese día decidí resetearme.

Abandoné lo que era estable para buscar lo que era verdadero. Me prometí que, a partir de entonces, todo lo que hiciera tendría alma o no lo haría.

¿Qué te da sentido hoy?

Ver florecer a las personas. Ver una empresa volver a emocionarse, un joven recuperar su ilusión, una sociedad creer en algo más grande que ella misma.

Mi propósito no es dirigir: es despertar.

Liderarte; El arte como lenguaje universal del talento

¿Qué es Liderarte y por qué se ha convertido en tu sello personal?

Liderarte es un ecosistema de liderazgo humanista. Es la casa donde el arte se une con la estrategia, y donde la emoción se convierte en ventaja competitiva.

No enseñamos liderazgo, lo despertamos. Formamos líderes que saben sentir, crear, escuchar y cuidar.

¿Por qué el arte?

Porque el arte dice lo que el lenguaje no alcanza. Desarma egos, abre mentes y une corazones. En un taller de arte, todos somos iguales: CEO o becario, artista o ingeniero.

Y cuando las jerarquías caen, nace el alma del equipo.

¿Cómo se aplica esto en la empresa?

A través del modelo de Aprendizaje por el Arte®, basado en las 4A: Aprendizaje, Actitud, Alma y Acción.

Comienza con una experiencia artística (teatro, música, pintura…), que provoca emoción. Esa emoción genera reflexión, y la reflexión se convierte en acción transformadora.

¿Qué resultados habéis observado?

Cohesión, creatividad, empatía, sentido. Equipos más humanos, líderes más conscientes.

Hemos trabajado con directivos que entraron con corbata y salieron con lágrimas. Y esas lágrimas, más que debilidad, son pureza: el alma regresando a casa.

RESETÉATE; El bienestar como revolución interior

¿Qué te llevó a crear RESETÉATE?

Mi propia caída. RESETÉATE es mi historia convertida en metodología.

Todos necesitamos un reset en algún momento. Es un viaje interior que combina arte, ciencia y emoción para reencontrarte contigo mismo.

¿Qué ocurre durante ese proceso?

Primero, silencio. Después, emoción. Luego, claridad.

A través de dinámicas teatrales, música, escritura emocional y neuroeducación, las personas descubren que no están rotas, solo desconectadas.

¿Qué resultados ves en quienes participan?

Renacimiento.

Personas que vuelven a ilusionarse. Equipos que aprenden a escucharse. Líderes que dejan de controlar para comenzar a inspirar.

RESETÉATE no enseña, libera.

¿Cómo se traslada eso al entorno laboral?

Una organización solo se transforma cuando se transforma su gente.

El bienestar ya no es un lujo, es una estrategia. Cuando el alma entra en la empresa, la productividad deja de ser una presión y se convierte en una consecuencia natural del bienestar.

'Dale la vuelta a la tortilla (turn the table); El dolor como fuente de poder

Ignacio, este es quizá tu proyecto más humano. ¿Cómo nació?

De mis propias heridas. De tocar fondo y decidir no quedarme ahí.

“Dale la vuelta a la tortilla” es un movimiento que enseña que el dolor no destruye, transforma. Que las adversidades son materia prima para el crecimiento.

¿Cómo se manifiesta este movimiento en la práctica?

A través de conferencias, programas de radio, talleres, proyectos sociales y próximamente un libro. Es un espacio donde las personas pueden compartir su historia y transformar su relato en fuerza vital.

¿Por qué crees que ha conectado tanto?

Porque todos llevamos algo que duele. Y porque nadie nos enseña a transformar ese dolor.

Aquí la gente descubre que la vulnerabilidad no es debilidad, es poder. Que llorar también es liderar.

¿Qué es lo más bello que te ha dejado este proyecto?

Ver cómo una lágrima se convierte en sonrisa. Cómo alguien que llegó roto se va renacido.

Es el proyecto donde más humanidad he visto.

Parlamento de líderes latinoamericanos: Una renovación ética y humana

¿Qué te impulsó a fundar el Parlamento de Líderes Latinoamericanos?

Amor y dolor por la región. Latinoamérica tiene todo: cultura, talento, creatividad. Pero le falta confianza y unión.

Este Parlamento nace como una plataforma cívica y ética para construir una nueva forma de liderazgo: sin partidos, sin banderas, pero con alma.

¿Qué lo diferencia de una institución tradicional?

Su esencia. No busca poder, busca propósito. No hay escaños, hay ideas. No hay discursos, hay proyectos.

Es una comunidad viva de empresarios, educadores, científicos, artistas y jóvenes comprometidos con el cambio real.

¿Qué áreas prioriza?

Educación, sostenibilidad, bienestar, arte, cultura y desarrollo humano.

Queremos generar políticas con alma, alianzas con sentido y una narrativa positiva sobre nuestra región.

19. ¿Qué sueñas lograr con este Parlamento?

Una Latinoamérica unida desde el propósito. Que dejemos de competir por fragmentos y empecemos a construir juntos.

Un continente que no exporte dolor ni talento perdido, sino conciencia, belleza y humanidad.

El legado del alma

Ignacio, ¿qué une todos estos proyectos?

El alma. Liderarte trabaja el talento; RESETÉATE, el bienestar; Dale la vuelta, la resiliencia; y el Parlamento, la conciencia colectiva.

Todos son expresiones del mismo propósito: humanizar el mundo a través del arte, la emoción y el propósito.

¿Qué te mueve a seguir?

La certeza de que cada persona tiene un fuego dormido. Mi trabajo es encenderlo.

No vine a cambiar el mundo, vine a recordarle su belleza.

¿Qué mensaje le dejarías a los nuevos líderes?

Que no busquen ser admirados, sino útiles. Que escuchen antes de hablar. Que sientan antes de decidir.

Y que recuerden que el alma es el único MBA que no caduca.

El líde que convirtió su vida en obra de arte

Ignacio Bonasa no lidera con discursos, sino con presencia. No enseña teorías, enseña coherencia.

Su historia es la prueba de que el liderazgo del futuro no se mide en cifras, sino en almas tocadas.

En un mundo saturado de ruido, él habla desde el silencio. En una era de superficialidad, él propone profundidad.

Su legado no es solo institucional: es emocional.

Ha construido un ecosistema donde el arte es estrategia, la compasión es método y el propósito es destino.

En sus palabras, el secreto es simple:

“Liderar con alma no es un estilo, es una forma de estar en el mundo. Y cuando lideras con alma, ya no necesitas poder, porque inspiras.”

Y al despedirse, lo hace sin solemnidad, con una sonrisa tranquila y una frase que resume toda su filosofía:

“He aprendido que no hay que cambiar al mundo. Solo hay que llenarlo de gente con alma… y el mundo se cambia solo.”

Más sobre Comunicados