27 de noviembre de 2025
En un accidente de tráfico, cada segundo cuenta. Cuando hay un perro implicado dentro del vehículo, la forma en que ha sido asegurado puede marcar la diferencia entre una intervención segura o una situación caótica. SRC Pet Car Safety, con más de dos décadas de experiencia en rescates, advierte que el uso de un transportín rígido y bien instalado ofrece el mayor grado de seguridad para el animal y para los equipos de emergencia. La palabra clave es prevención: lo que se haga antes del impacto influye decisivamente en lo que sucede después.
A diferencia del arnés, que deja al perro expuesto a complicaciones post-accidente, el transportín funciona como una "tabla de rescate canina". Al igual que los humanos son inmovilizados sobre una base plana para evitar lesiones en la columna, el transportín limita los movimientos del animal, evitando que sus heridas se agraven durante la extracción.
El transportín actúa como un entorno controlado. El perro permanece confinado, lo que evita fugas o reacciones agresivas provocadas por el pánico. Además, reduce los estímulos externos que podrían alterar su estado emocional.
Este sistema permite que los bomberos o equipos sanitarios puedan retirar al animal sin necesidad de manipularlo directamente. Esto no solo disminuye el riesgo de mordeduras, sino que también agiliza el traslado al veterinario, manteniendo al perro contenido y protegido durante todo el proceso.
En cambio, un perro asegurado con arnés puede presentar múltiples riesgos: desde lesiones internas invisibles hasta la posibilidad de quedar colgado o atrapado tras un vuelco del vehículo. Liberarlo requiere intervención directa dentro del habitáculo, con todos los peligros que eso implica tanto para el animal como para los rescatadores.
Aunque los arneses pueden evitar que el perro salga despedido, SRC Pet Car Safety insiste en que su uso deja un escenario mucho más complejo de gestionar tras el impacto. En situaciones críticas, cada minuto es vital, y un perro libre, herido o agresivo dentro del coche puede obstaculizar la evacuación de los ocupantes humanos.
La experiencia acumulada en accidentes reales demuestra que, en términos de seguridad integral, el transportín rígido es una herramienta insustituible. Permite una intervención rápida, segura y ordenada. Y en escenarios de alto estrés y riesgo, eso puede marcar la diferencia entre salvar una vida o lamentar una pérdida evitable.