Digital Sevilla
2 de diciembre de 2025
La mayoría de las empresas ya saben que la inteligencia artificial será decisiva para su futuro. Lo que pocos reconocen es la brecha que se está abriendo entre quienes ya la están aplicando —con impacto real en ingresos, eficiencia y ventaja competitiva— y quienes aún siguen en la fase de “observación”. Según estudios recientes, tres de cada cuatro CEOs creen que la IA redefinirá su industria en cinco años, pero solo un 10% tiene un plan claro para actuar. La conclusión es evidente: la amenaza no es la IA, sino llegar tarde. Y hay un lugar donde adelantarse al futuro es casi una obligación: Silicon Valley.
Silicon Valley no es solo un territorio; es un sistema operativo para innovar. Allí, las empresas no debaten sobre si la IA es relevante, sino sobre cómo escalarla más rápido. Mientras muchas compañías europeas siguen buscando “el momento adecuado” para empezar, gigantes como Google, Apple, Meta, Tesla o Airbnb ya están construyendo la próxima década de la economía:
Google ha puesto la IA en el corazón de todos sus productos y está reescribiendo sectores enteros con modelos generativos.
Meta utiliza IA para personalizar la experiencia de miles de millones de usuarios y para acelerar la creación del metaverso.
Apple integra IA en cada dispositivo con una elegancia invisible… y tremendamente efectiva.
Tesla ha convertido la IA en el cerebro que impulsa la mayor revolución del automóvil desde su invención.
Airbnb demuestra cómo la IA permite reinventar industrias tradicionales sin perder la escala global.
¿Qué tienen en común? No esperan a que llegue el futuro: lo diseñan.
Si la IA va a decidir el futuro de una empresa, es la empresa la que debe aprender de quienes ya están diseñando ese futuro.
La IA no es solo una herramienta tecnológica. Es una palanca estratégica que transforma modelos de negocio, procesos, cultura y liderazgo. Eso significa que un CEO no puede delegar su comprensión en el departamento técnico. La IA no es un proyecto: es una agenda de transformación. Y para definir una estrategia sólida no basta con leer informes o asistir a webinars. Hay que ver, escuchar y preguntar directamente a quienes están marcando el camino. Ahí es donde entra en juego el Programa de ESEUNE Business School en Silicon Valley.
El programa de ESEUNE no es turismo corporativo. Es una inmersión profunda, diseñada para directivos que buscan claridad, inspiración y una hoja de ruta concreta. Durante una semana, los participantes:
Mantienen conversaciones directas con ejecutivos de Google, Apple, Meta, Tesla, Airbnb y otros actores clave del ecosistema.
Acceden a aprendizajes que no aparecen en artículos ni conferencias: los errores, los dilemas estratégicos, los enfoques internos, las apuestas arriesgadas.
Trabajan sobre su propia empresa, diagnosticando su situación ante la IA y diseñando un plan de acción realista, orientado a impacto.
Conectan con otros directivos españoles, generando un networking de alto nivel que amplía perspectivas y abre oportunidades.
No es un programa para “ver cosas interesantes”. Es un programa para transformar la manera de liderar.
Lo que hoy se está definiendo en Silicon Valley —los modelos de IA, las decisiones regulatorias, las nuevas cadenas de valor, los mercados emergentes— marcará la competitividad de cualquier empresa europea en los próximos años. ESEUNE lleva más de 15 años llevando directivos al centro neurálgico de la innovación mundial. Más de 200 líderes empresariales han participado. Todos coinciden en lo mismo: lo verdaderamente valioso no es lo que se ve allí, sino lo que se cambia cuando se vuelve.
En un momento en que la IA está reescribiendo las reglas del juego, la diferencia entre los que se mueven y los que esperan será abismal.
Los primeros liderarán.
Los segundos competirán por sobrevivir.
Silicon Valley es hoy la mejor escuela de inteligencia artificial del mundo. Y la decisión estratégica más inteligente que puede tomar un directivo es pasar, aunque solo sea por una semana, por ese aula donde se diseña el futuro.
