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Xavier Coca y la reforma que pone a las víctimas en el centro

4 de diciembre de 2025

“Hemos pasado de indemnizaciones de 35.000 a 300.000 euros” Xavier Coca y la reforma que pone a las víctimas en el centro.

El abogado Xavier Coca, presidente de ADAVIAC y referente en responsabilidad civil, analiza la nueva Ley 5/2025 y su impacto en las víctimas de accidentes de tráfico. “Es una gran noticia, pero llega cinco años tarde”, afirma.

El pasado 25 de julio entró en vigor la Ley 5/2025, una reforma largamente esperada del baremo de accidentes de tráfico. Para Xavier Coca, abogado de Coca Advocats y presidente de la Associació d’Advocats de Víctimes de Catalunya (ADAVIAC) y vicepresidente de la Comisión de Responsabilidad Civil del Iltre. Colegio de la Abogacía de Barcelona, la norma supone un paso importante hacia un sistema más justo para las víctimas. Sin embargo, la alegría llega matizada por una dura realidad: el retraso de cinco años ha dejado a miles de personas con indemnizaciones muy por debajo de lo que les correspondía.

¿Por qué considera tan importante esta reforma?

Porque devuelve a la víctima al centro del sistema. No solo mejora las cuantías, sino que corrige fallos técnicos que afectaban gravemente a quienes han sufrido secuelas, especialmente las más invisibles, como las psicológicas, o quienes no estaban en el mercado laboral, como muchas personas que se dedican a las tareas del hogar.

¿Puede darnos un ejemplo concreto de ese tipo de correcciones?

Claro. Hasta ahora, una persona que como consecuencia de un accidente de tráfico, que quedaba con secuelas que la incapacitaban para el desarrollo de su actividad de dedicación a las tareas del hogar —algo que ocurre mayoritariamente en mujeres— era indemnizada con una tabla de lucro cesante pensada para trabajadores asalariados. Esas tablas descuentan pensiones públicas como la de incapacidad (tota o absoluta) que esa persona nunca va a cobrar. Incluso con el parche del incremento del 25% que la propia Ley regulaba como autoreconocimiento de la disfunción. El resultado era injusto. Era desnaturalizar el derecho y con las nuevas tablas específicas se ha dado luz a esta injusta situación. Hemos pasado de indemnizaciones de 35.000 euros a 300.000 por el mismo concepto en una persona de 44 años totalmente incapacitada.

¿Qué otras mejoras destacaría?

Hay muchas. Los atestados serán gratuitos, algo fundamental. Las aseguradoras estarán obligadas a adjuntar su informe médico si lo usan para valorar daños, y no podrán esconderlo hasta el juicio. Además, aunque la aseguradora niegue lesiones o el nexo causal de estas con el accidente, la víctima podrá pedir la intervención del Instituto de Medicina Legal y Forense. Y las indemnizaciones volverán a actualizarse según el IPC, no según el índice de las pensiones, que no tenía ningún sentido en este contexto.

También se ha hablado de avances en salud mental y pérdida dental. ¿Qué cambia en estos casos?

Muchísimo. Por fin se reconocen las secuelas psicológicas y psiquiátricas con grados más acordes a la clínica real. Y se corrige un absurdo: hasta ahora, si perdías un diente, pero te ponías un implante, la indemnización bajaba. Ahora se reconoce tanto la pérdida como el tratamiento completo. Lo mismo con el perjuicio sexual del cónyuge o pareja estable, que por fin se compensa.

¿Y qué hay del nuevo seguro obligatorio para patinetes y otros vehículos personales?

Era imprescindible. Los llamados VPL —vehículos personales ligeros, como patinetes eléctricos— ya forman parte del tráfico, y debían tener una cobertura mínima. La ley fija 6,45 millones de euros por daños personales y 1,3 por daños materiales. Es menos que en el seguro de coche, pero suficiente para los casos previstos por el baremo. Eso sí, el reto ahora es asegurarse de que se cumpla la obligación de asegurar y que haya pólizas accesibles y ajustadas al riesgo real.

¿Diría entonces que es una ley que mejora la vida de la gente?

Sin duda. Hablamos de que la víctima ya no tenga que pagar por su atestado, de que la aseguradora no pueda ocultar pruebas, de que los daños psicológicos o el trabajo no remunerado sean compensados justamente. Son ajustes de sentido común, pero muy potentes. La pena es que no se hicieran antes. Si hubieran estado vigentes en 2020, miles de grandes lesionados habrían estado mejor protegidos. Y en tráfico, llegar tarde también es una forma de daño.

Compromiso con la víctima, más allá de la reforma

Desde su despacho en Barcelona, Xavier Coca y su equipo llevan más de 25 años defendiendo los derechos de las víctimas de accidentes de tráfico y negligencias médicas. Su experiencia en responsabilidad civil les ha permitido no solo liderar casos complejos, sino también participar activamente en la evolución normativa que hoy beneficia a miles de personas en toda España.

“Esta reforma nos reafirma en algo que llevamos diciendo décadas: las víctimas merecen un trato digno, una reparación justa y un sistema que las respalde sin trabas”, concluye Coca. Con vocación nacional y un enfoque especializado, el despacho continúa ofreciendo asesoramiento jurídico riguroso y cercano, con la convicción de que, en cada caso, hay una historia que merece justicia.

Coca Advocats

info@cocaadvocats

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