
1 de octubre de 2018
Gran parte de la plantilla de Canal Sur está harta de la manipulación, la gestión desastrosa, el derroche de dinero público en determinados programas y el desplome de las cifras de audiencia de la radio y televisión públicas de Andalucía.
Según publica diario16, algunos afirman que es más “suya”, de Susana Díaz, que “nuestra” en referencia al lema de la cadena pública (‘la nuestra’).
De hecho la organización PSOE-A que ella dirige, controla el ente público sin incluir a los representantes de Podemos y Ciudadanos, que entraron con fuerza en el Parlamento andaluz en 2015.
La plantilla también se queja de que Joaquín Durán, siga durante cinco años de forma interina como director general y piden su cese inmediato.
La rebelión es total y afecta a casi todos los niveles, excepto a los altos directivos, la casualidad.
Uno de los principales motivos es las condiciones de los trabajadores del programa Andalucía Directo, con horarios leoninos y unas condiciones laborales muy diferentes a la del convenio de Canal Sur.
El espacio, que es el más veterano de la cadena es propiedad de una empresa semipública, una fórmula extraña que da réditos a unos socios privados que se benefician de tener este programa colocado en la parrilla desde hace 20 años. La productora, Andalucía Digital Multimedia, se beneficia así de ser parte casi de Canal Sur pero teniendo a sus trabajadores con diferentes condiciones laborales. Curiosamente, según denuncian los propios empleados, en la empresas hay muchos afines a la organización PSOE-A de la señora Díaz.
Francisco Miguélez, empleado de Andalucía Directo ha denunciado en Twitter:
“veinte años sin convenio de empresa en Andalucía Directo. Veinte años dentro de la RTVA pero cobrando mucho menos. Veinte años siendo utilizados para suplir funciones y ahorrar. Veinte años obedeciendo órdenes de edición y dirección de la RTVA. Veinte años trabajando dentro de la RTVA”.
Otros trabajadores han denunciado que no saben cuando vuelven a casa o que se les haya obligado a echar horas extras en contra incluso de los derechos por maternidad.
En el comunicado publicado en septiembre los trabajadores de Canal Sur dijeron: “Tras casi 30 años de historia, Canal Sur deriva hacia un futuro incierto, sin inversiones para adaptarse a los cambios tecnológicos, con una errática programación lejana a los actuales intereses de la plural sociedad andaluza y con la merma continua de una plantilla cada vez más sobrecargada. (…) Los trabajadores vemos con preocupación cómo se va desintegrando poco a poco el servicio público que tenemos encomendado por el Parlamento de Andalucía, y cómo día a día los andaluces se van a alejando de una programación de Radio y Televisión con que la que se identifica cada día menos”.
Los datos son desastrosos, en 2008 tenía una audiencia del 16,8% y ahora tan solo del 8,7%.
Según denuncian muchos usuarios de las redes sociales, Canal Sur tiene programas que compiten en audiencia con las privadas, ofreciendo realidades muy alejadas de su fin público con niños cantando como en la época de Franco, folklóricas cobrando un pastizal, especial fomento de las fiestas religiosas y los toros, presentadores estrellas que se ríen de ancianos que duermen en pantalla, escasa diversidad política, mala difusión de la actividad parlamentaria, escaso número de programas culturales y que se emiten a horas intempestivas y en canales secundarios.
Según denuncian algunos trabajadores y los propios internautas, se transmite más una imagen el siglo XIX que del siglo XXI, centrándose tan solo en un target muy especial, un sector muy específico de la población, la rural y mayor. Productoras que se forran con programas de escaso valor didáctico y que no se fomenta la innovación, la modernidad o las actividades en las ciudades.
En cuanto a las noticias, además de la manipulación política denunciada por la oposición, los usuarios de la red alertan de que se dan muchas veces más importancia a los temas internacionales o nacionales que a los problemas de Andalucía, como si aquí viviéramos en una especie de Arcadia feliz gracias a un partido único que lo hace todo muy bien.