7 de diciembre de 2018
La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), a través de su estudio sobre el sector sanitario entre 2013 y 2018 situaba la reducción de mamas como la octava intervención estética más demandada.
Sin embargo, el dato más sorprendente es que en otro estudio en el que se analiza la realidad de la Cirugía Estética en España 2017-2018, estas intervenciones de reducción de pecho se sitúan ya en tercer lugar en el ranking entre las intervenciones más realizadas en el último año.
Los expertos creen que el crecimiento de las operaciones de reducción de mamas responde a varios factores. El primero de ellos se repite con otras intervenciones, y es que a medida de que la ciencia y la medicina van avanzando, la gente y en este caso las mujeres, va perdiendo el miedo a acudir al quirófano.
Una segunda razón responde a cuestiones médicas, clínicas, es decir, de salud. Como tercer motivo, los expertos aluden a que el ideal de belleza, los cánones, están cambiando, y ya no es tendencia tener pechos grandes, sino tamaños menores.
En nuestro país, cada año se realizan casi 400.000 intervenciones estéticas, en esta cifra se contabilizan intervenciones de calado y pequeños tratamientos. Del global, el 83,4% del mismo se practican a mujeres, mientras que el 16,6% a hombres.
Aunque sigue siendo mayoritario el porcentaje femenino, los hombres se interesan cada vez más por estos tratamientos, pues en los últimos años el porcentaje ha crecido en más de 4 puntos.
Si bien la reducción de mamas es una intervención que crece, el aumento de pechos sigue siendo la operación más demandada, seguida de la liposucción. En la Clínica San Clemente, una clínica de cirugía estética en Zaragoza, llevan a cabo estas intervenciones y otras habituales como la rinoplastia, la otoplastia, la abdominoplastia o la cirugía íntima.
Atendiendo a rangos de edad, las personas que más recurren a la cirugía plástica son las que tienen edades comprendidas entre los 30 y los 44 años, que concentran el 37% de las intervenciones.
Las mujeres entre 18 y 29 años muestran especial interés por el aumento de mamas mientras que en los hombres ocurre algo parecido con la ginecoplastia, el agrandamiento de una o ambas glándulas mamarias.
Las personas con edades comprendidas entre los 45 y los 60 años optan mayoritariamente por la blefaroplastia, que es la cirugía de los párpados y la zona adyacente a los ojos. Las mujeres de esta edad también se interesan por la elevación de pechos.
El ascenso de los procesos quirúrgicos en párpados y zonas adyacentes a los ojos es lo que ha llevado este mismo año a la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética a dedicar por primera vez de forma monográfica su congreso anual a las cirugías órbito-palperables que rejuvenecen la mirada.
En el mes de junio, más de un centenar de profesionales se reunieron en Gijón para tratar sobre la blefaroplastia y analizar por qué este tipo de cirugía se ha incrementado en un 15% en la última década.
La blefaroplastia ha escalado hasta la tercera posición en cuanto a grupo de cirugías, solo por detrás de las intervenciones mamarias y las cirugías del abdomen, y son la primera opción entre los pacientes que superan los 55 años.
A partir de esa edad, cuando se alcanzan los 60 años, suelen ir apareciendo acúmulos de grasa en los párpados inferiores y un exceso de piel, las conocidas bolsas. Este fenómeno es natural y progresivo, y además de tener repercusiones estéticas, puede resultar molesto para quienes conviven con estas bolsas por la sensación de pesadez.
Las personas de esta edad acuden también en gran número al lifting facial para tensar la piel de la cara, eliminando la piel sobrante y redistribuyendo la piel y grasa que queda, tanto en la cara como en el cuello. Esta intervención no conlleva muchos riesgos y en la mayoría de ocasiones, el paciente podrá volver a casa pasadas 24 ó 48 horas tras pasar por el quirófano.