21 de agosto de 2019
El concepto aceites esenciales puede resultarte confuso si es la primera vez que oyes hablar de ello. No obstante, si escuchas hablar de aromaterapia es posible que te puedas hacer una idea del significado del propio término. Ambas ideas están estrechamente relacionadas.
La aromaterapia es una disciplina considerada como medicina alternativa. En ella se emplean productos derivados de los vegetales, como los propios aceites esenciales. Pero, ¿qué son realmente este tipo de aceites? ¿Cuál es su función dentro de la aromaterapia? ¿Cómo pueden beneficiar a una persona? Éstas son algunas de las cuestiones que queremos responder.
Orígenes de los aceites esenciales
Los orígenes oficiales de la aromaterapia se remontan a 1935, cuando el químico francés Rene Maurice Gattefossé acuñó el término. No obstante, las sociedades preindustriales ya eran conocedoras de la importancia del aroma y su vinculación con la salud. Algunas sociedades como la Roma clásica, los griegos o los egipcios, recurrían a cosméticos, perfumes u otro tipo de medicamentos vegetales como los propios aceites esenciales para distintos tipos de tratamientos, prevención de enfermedades, revitalización, fortalecimiento, etcétera. Estas ideas han pervivido en el tiempo, ya que incluso para la peste que asoló Europa en 1355, se recurrió a la aromaterapia para intentar frenar aquella catástrofe.
Aplicación de los aceites esenciales
En la actualidad, por fortuna, no necesitamos frenar ninguna pandemia de peste bubónica, no obstante, los aceites esenciales siguen teniendo multitud de utilidades prácticas. La forma de aplicación varía, aunque existen tres métodos fundamentalmente.
Por una parte, pueden ser ingeridos, algo que no suele ser lo más habitual, aunque en determinados casos (es necesario leer el prospecto) sí es la vía de consumo. Otra es tópicamente, es decir, aplicarlo directamente sobre la piel, previa mezcla con un aceite vegetal portador para el tratamiento de problemas musculares, acné o similares. Por último, la más frecuente y la que se usa en la aromaterapia, mediante difusores de aceites esenciales, unos humidificadores que esparcen los aceites en el ambiente de manera regular.
Existen multitud de modelos con distintas capacidades, intensidades, configuraciones de tiempo, efectos (niebla alta o baja), e incluso, con iluminación incorporada. Este tipo de difusores son especialmente utilizados en lugares como spas, clínicas o salones de masaje, ya que garantizan, cuando menos, un aroma embriagador para la estancia.
Utilidades y tipos de aceites esenciales
En lo que se refiere al terreno práctico, los aceites esenciales varían su función según el tipo de planta del que procedan. Existen diferentes opciones, como el aceite de albahaca, bergamota, canela, limón, etcétera. Como el efecto varía según el aceite, es conveniente leerse cada prospecto, pero pueden ayudarnos en problemas como dolores de cabeza, alivio muscular o para el cuidado de nuestro cabello.
Entre los más populares, actualmente encontramos el aceite esencial de lavanda, un tipo de aceite con propiedades antisépticas, sedantes o antiinflamatorias. Su popularidad radica precisamente en lo versátil que es, ya que puede ayudarnos en diferentes ámbitos. Resulta especialmente útil para el cuidado de la piel y la cara, y su aplicación preferente es mediante un difusor o humidificador, aunque también suele aplicarse tópicamente.
En ese mismo sentido, otro tipo de aceite que se encuentra entre los más importantes hoy día, es el aceite esencial de jazmín. Sus propiedades en este caso contribuyen a la reducción del estrés o la ansiedad, actuando como un antidepresivo natural alternativo a las píldoras o pastillas. Entre sus funciones encontramos otras más específicas, como su carácter afrodisíaco conocido desde hace siglos, motivo por el que el jazmín ha sido y es usado con frecuencia en la elaboración de perfumes.
En definitiva, los aceites esenciales son la herramienta fundamental de la aromaterapia. Contribuyen a mejorar nuestra salud en distintos ámbitos, sin embargo, cabe recordar nuevamente la importancia de consultar los prospectos y, también, en caso de estar iniciándonos en este mundo, a gente que ya tenga una experiencia previa en esta disciplina.