
2 de agosto de 2021
Dentro del amplio mundo del cultivo de cannabis, existen muchas opciones tanto para los más especializados como para aquellos que recién empiezan a probar. Una de las posibilidades más interesantes es la de hacer uso de semillas autoflorecientes.
Las personas que usan semillas autoflorecientes deben tener muy claro qué fases de floración tienen estos ejemplares, puesto que sus etapas de crecimiento son distintas a las plantas de cannabis tradicionales. Conocer perfectamente qué son las semillas autoflorecientes y qué fases de floración experimentan es de vital importancia para trabajar con ellas sin errores.
Para introducirse en este submundo dentro del cultivo de cannabis es importante empezar por el principio: ¿qué son las semillas autoflorecientes? Se trata de un tipo de cannabis específico que se diferencia de otras variedades porque la planta florece de manera automática entre 3 y 4 semanas después de la germinación.
El principal beneficio de este tipo de semillas es que no hay que ser tan cuidadosos en el cultivo de la planta: no será necesario que el horario de luz sea de 12/12 horas, como se recomienda en los cultivos tradicionales, por lo que es ideal para aquellos que precisan de una planta relativamente fácil de mantener.
Conocidas también como semillas automáticas, ofrecen la posibilidad de obtener una cosecha en un periodo aproximado de 70 días y sin ninguna exigencia de luz.
Al no depender de la influencia de la luz, las fases de floración de las semillas autoflorecientes cambian sensiblemente.
Y es que, a diferencia de lo que ocurre con las que llamamos cannabis tradicionales, donde todos los agentes externos como la luz y la humedad afectan, en las semillas autoflorecientes es el cultivador quien decide cuándo es el mejor momento para hacer florecer a las plantas.
Por otro lado, y respecto a la luz, cabe señalar que el cannabis autofloreciente puede generar cogollos aunque haya más de 12 horas de luz (en algunos casos pueden recibir hasta 22 horas).
Más allá de esto, el ciclo vegetativo del cannabis autofloreciente es mucho más corto: dura entre 1 y 3 semanas, con lo que la floración de los ejemplares puede comenzar aproximadamente después de un mes de crecimiento.
Entre las semanas 1 y 4 se da la fase vegetativa de crecimiento del ejemplar. En esta primera etapa la planta nace, crece y toma el vigor necesario para afrontar el proceso de floración. Es a partir de la semana 5 cuando comienzan las distintas fases de floración.
Comenzarán a surgir pequeños saquitos de pelo en los nudos, que darán lugar a los cogollos con el paso del tiempo. La semana seis es crucial, puesto que comienzan a surgir las flores y a tomar todos los cogollos un tamaño uniforme.
La séptima, octava y novena semana serán de control del crecimiento. El cultivador ha de estar muy atento al crecimiento y eliminar aquellos cogollos que tomen malas formas o sean hermafroditas. También se llevará a cabo un exhaustivo control de plagas, un lavado de raíces y la defoliación.
La semana diez es el momento clave de todo el proceso: llega la hora de la recolección. Los cogollos estarán maduros y toca hacerse con ellos para comenzar el proceso de secado y curado. Si algunos de ellos siguen verdes, se pueden dejar en la planta hasta que estén listos.
Las semillas autoflorecientes parten de una subespecie de cannabis con un alto nivel de THC. Al ver la forma en que esta se desarrollaba sin problemas de luz, la planta, llamada Cannabis Sativa Ruderalis, se comenzó a cruzar con otras con niveles altos de THC para obtener lo mejor de cada una de ellas.
Esto, sumado a una mejora paulatina y constante de la producción de estos cruces de plantas ha dado lugar a ejemplares de cannabis muy utilizados para el autocultivo y por personas no especialmente experimentadas.
Aunque en este punto el lector ya puede tener una idea clara de varios puntos a favor del uso de las semillas autoflorecientes, existen un amplio catálogo de beneficios a tener en cuenta.
Todas ellas se unen para convertir a este tipo de simientes en las más elegidas por los aficionados al cultivo del cannabis y por aquellos que se suman a dar sus primeros pasos en este campo.
La primera, sin duda, es el rendimiento rápido de las plantas. Las semillas autoflorecientes no solo generan floración en situaciones menos favorables, sino que encima lo hacen de una manera mucho más rápida. Esto permite que el ciclo termine antes y se pueda cultivar la planta en un lapso particularmente reducido.
Además de ello, las semillas autoflorecientes suponen un menor esfuerzo de trabajo por parte del cultivador y muchos menos riesgos de pérdidas, por tanto, evita frustraciones y una inversión de tiempo y dinero perdida.
Un amplio catálogo de subespecies de cannabis autofloreciente abre la posibilidad de probar con distintas opciones hasta dar con la más adecuada para cada caso y disfrutar de todas las ventajas de las semillas autoflorecientes.