
25 de noviembre de 2021
El motor hidráulico se encarga de transformar la energía cinética del fluido en energía mecánica rotativa, la cual se aplica a una carga por medio de un eje. Conocer más sobre los principios básicos y sus aplicaciones, puede ayudar a los usuarios a encontrar la opción ideal de acuerdo con sus necesidades.
Los motores hidráulicos disponibles en el mercado se encuentran en dos tipos diferentes, cada uno con sus propias características que los hacen útiles para diferentes tipos de aplicaciones.
Por un lado, están los motores orbitales, los cuales se usan con velocidades entre 200 a 1200 rpm, tanto para pares intermedios como bajos. Se puede acoplar de forma fácil y directa un reductor para aumentar su fuerza, y un freno negativo para bloquear su eje en los momentos que se necesiten.
Mientras que los motores de pistón, donde se encuentran los axiales, son bastante útiles para altas velocidades de hasta unos 5000 rpm, gracias a su gran precisión a bajas revoluciones. En cambio, los radiales se usan para elevadas cargas a velocidades bajas, como para recoger redes de deriva o elevar grúas de un alto tonelaje.
El uso de estos motores supone una gran variedad de ventajas en las diferentes aplicaciones para las que se usan, como los elevados índices entre potencia y carga, su óptimo funcionamiento en velocidades bajas, el rango de velocidades con las que puede trabajar y su capacidad para producir más fuerza en comparación con otro sistema neumático del mismo tamaño.
Estos motores se pueden usar en máquinas pesadas, como grúas o excavadoras, por ejemplo, tanto para la transmisión de grúas, como motores para ruedas de vehículos, tornos, torres de perforación, y hasta trituradoras de vehículos.
Además, sirven como unidades de alimentación y transporte para plataformas de perforación, dado que son motores que aumentan la resistencia y la velocidad de las máquinas de gran tamaño.
Sin embargo, para que su aplicación sea eficiente y óptima, es necesario conocer los fallos que pueden presentar, y cómo se ocasionan en la mayoría de las veces, para así evitar interrupciones durante su funcionamiento.
Por lo general, estos motores se averían por el uso de fluidos inapropiados, por poco mantenimiento durante años de uso o por una operación incorrecta.
No revisar y reparar las líneas o conexiones para detener las fugas, no instalar los motores de la manera correcta, o exceder los límites operativos de los motores, son problemas que terminan por dañar su funcionamiento y rendimiento.
Cada uno de los motores, tanto por su tipo como por su modelo, tiene sus propias limitaciones de diseño con respecto a la velocidad, la presión, la carga, la temperatura, el desplazamiento y el torque.
Elegir los motores adecuados para el tipo de aplicación para el cual están diseñados es la mejor manera de garantizar un funcionamiento óptimo y un mayor cuidado de los mismos, evitando problemas que puedan afectar a su rendimiento y disminuir su vida útil.
También es importante calcular la potencia de motores hidráulicos, para eso se pueden utilizar calculadoras donde se coloque el valor del par (Nm) y de las rpm para saber el resultado exacto de forma rápida y sencilla. Esto permite elegir motores con la potencia suficiente para los trabajos que se necesiten.
Hay varios factores a tener en cuenta al momento de comprar los motores hidráulicos, conocerlos es de gran importancia para elegir la opción correcta de acuerdo con las necesidades de uso.
Primero se debe determinar el tipo de fluido a usar, mientras que el tamaño se elige de acuerdo con la vida útil que se espera; y si funciona por debajo de su capacidad, puede durar en buenas condiciones durante más tiempo. Además, se recomienda comprar motores de marcas reconocidas, como Danfoss, Roquets, Eaton o Rexroth, entre otras.
Sin duda alguna, estos motores son esenciales en diferentes aplicaciones, por lo que conocer más sobre ellos puede ayudar a elegir con más acierto, de esta manera se podrá garantizar el mejor rendimiento, una buena inversión y la mayor vida útil.