3 de febrero de 2022
Es considerado un auténtico manjar, sabiendo que se trata de uno de los productos más populares de la gastronomía española. Debido a que existen muchas zonas en el país para su crianza, es importante conocer los tipos de jamones que hay, en función de varios parámetros que son analizados al detalle.
Como bien es sabido, la gastronomía española es una de las más importantes de Europa, principalmente, por la calidad de sus productos. Lo cierto es que en el país se cuenta con una gran variedad de alimentos dignos de probar, si bien, uno de los productos estrella que más sorprende es el jamón.
Hay que decir que España se caracteriza por ser el mejor país en cuanto a jamones ibericos se refiere, debido a que cuenta con espacios naturales con las condiciones perfectas para la crianza y la alimentación de los cerdos.
Precisamente con base en estos aspectos y la raza, se establecen las diferentes calidades que puede llegar a tener un buen jamón ibérico.
En la actualidad, la normativa establece que puede haber dos tipos de cerdos en función de su raza. De esta forma, está el cerdo ibérico que es el que procede de dos padres que también son 100% ibéricos.
Por su parte, están los cerdos cruzados, los cuales, tal y como su nombre indica, cuentan con un porcentaje de ibéricos y de raza Duroc.
Es importante mencionar que, con base en la última normativa, los productores siempre deben especificar el porcentaje de raza que tienen los productos. Sabiendo que, como mínimo, para que sea un producto de calidad, debe tener 50% de ibérico y 50% de Duroc. En estos casos, la ley establece que, para los cruces, hay que unir hembras 100% ibéricas, con machos 100% Duroc y no al revés.
Otro aspecto que se analiza para conocer las calidades de los productos es conocer cómo ha sido la alimentación que se le ha dado al cerdo en la etapa de crianza. En este caso, hay que hablar de tres tipos de calidades.
Se trata de cerdos que se crían en dehesas en semilibertad y que se alimentan principalmente de bellotas, gracias a las zonas habilitadas para ello llenas de alcornocales y encinas. Los expertos aseguran que, con esta alimentación, se pueden extraer los mejores productos.
En este caso, los cerdos se crían en semilibertad en el campo, combinando una alimentación con bellotas y piensos de cereales. Se trata de un tipo que no es demasiado común y que, generalmente, salen de explotaciones que, o bien no cuentan con los árboles suficientes para la alimentación o ha pasado un mal año de cosecha de bellotas.
Finalmente, estos cerdos se crían en granjas y su alimentación se basa de manera exclusiva de piensos que, habitualmente, se conforman de leguminosas y cereales.
Para que los usuarios reconozcan fácilmente la calidad del jamón que están comprando, la normativa establece una serie de etiquetas, cada una de un color característico. De esta forma, hay que hablar del jamon etiqueta negra que designa a aquellos jamones de bellota que son totalmente ibéricos, es decir, jamones que proceden de cerdos criados en dehesas y 100% ibéricos.
Por otro lado, está la etiqueta de color rojo que se utiliza para denominar a los jamones de bellota ibéricos. En este caso, el producto procede de cerdos que han sido cruzados, por lo que no son 100% ibéricos.
También en el mercado están los productos de etiqueta verde, utilizada para los jamones de cebo de campo ibéricos. Aquí se habla de productos que proceden de cerdos cuya alimentación se basa en piensos de calidad que se complementa, en ocasiones, con pastos naturales.
Por último, está la etiqueta blanca para los jamones de cebo ibéricos. Son productos procedentes de cerdos que se alimentan exclusivamente de cereales, piensos y legumbres y que viven en espacios acotados.