18 de agosto de 2022
Durante un proceso judicial, cada una de las dos partes puede valerse de distintos medios de prueba para defender sus intereses. Algunos ejemplos de esto son los interrogatorios de las mismas partes o de testigos, los documentos tanto de origen público como privado y los dictámenes periciales. Este último elemento debe ser fruto del trabajo de un perito judicial y sirve para reforzar los argumentos ante la mirada del juez.
De esta manera, la prueba pericial se apoya en los distintos medios técnicos y científicos que un perito puede aportar. Para que sea efectiva, es importante que el profesional encargado de elaborarla cuente con conocimientos específicos y experiencia. En este caso, ambos requisitos son cumplidos por los expertos que integran el gabinete pericial ASEIIP.
Tanto los jueces como los abogados tienen la obligación de contar con conocimientos legales. Pero cuando se trata de temas técnicos o científicos, requieren la asistencia de un perito judicial. En este sentido, el trabajo de estos profesionales es esencial para poder resolver las controversias que se plantean durante un juicio.
Las áreas en las que se desempeñan estos expertos son muy variadas. En cualquier caso, las pruebas periciales se construyen a través de un proceso que incluye distintas etapas de investigación y evaluación. Por lo general, los peritos presentan un informe en el que constan todos los estudios realizados y se fundamentan las conclusiones a las que se ha llegado.
De este modo, las pruebas periciales son pertinentes a fin de aclarar o demostrar distintos hechos o sucesos y pueden ser centrales para que un juez dictamine sentencia. En este sentido, los peritos judiciales también interactúan con los magistrados, transmitiendo sus saberes y respondiendo posibles consultas. En todos los casos, estos profesionales asumen el secreto de confidencialidad con el objetivo de preservar los datos y cualquier tipo de información sensible relacionada con las personas que están implicadas en el proceso judicial.
Los peritos pueden ser nombrados judicialmente o propuestos por una o ambas partes. En este último caso, el perito debe ser aprobado por el juez o el fiscal. Por este motivo, estos expertos deben regirse bajo principios de racionabilidad, coherencia, proporcionalidad y buena fe. A su vez, durante un proceso judicial pueda haber más de uno de estos profesionales.
En conclusión, las pruebas periciales se elaboran a partir de los conocimientos y experiencia de un perito judicial, que debe estar correctamente formado para poder garantizar resultados óptimos. En el gabinete ASEIIP, es posible encontrar profesionales de este tipo con especialidades en áreas como seguridad vial, caligrafía, falsificaciones y criminalística forense, entre otras.