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La ansiedad, un problema grave en España

21 de noviembre de 2017

La ansiedad, un problema grave en España

Un 40% de la población en España padecía ansiedad o depresión en 2014, y solo la mitad de ellos la trataban. Los datos se repasaban en el VII Congreso Nacional de Ansiedad y Trastornos Comórbidos, donde se proponía incluso la creación de una ONG para atender a sus pacientes de manera gratuita.

Es cierto que, por entonces, la crisis económica y laboral agravaban la situación, pero no ha variado mucho desde entonces. De hecho, España lidera posiciones en el consumo de ansiolíticos, ya que al menos una de cada diez personas sufren los síntomas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La ansiedad es el problema mental que más citan los españoles, y se calcula que cuesta un 2% al PIB anual. De hecho, en la citada conferencia se aludía a que la ansiedad causaba un 10% de absentismo laboral, un 7% más que la media de países europeos.

El mal puede desembocar en una suerte de círculo vicioso en el que se ve afectada la salud y el bienestar de quien lo sufre. Y es que las autoridades han observado un aumento del consumo de tóxicos como el tabaco y el alcohol entre las personas que tienen ansiedad, así como mayor desorden alimentario, con lo que eso implica.

Qué es y cómo trata

La ansiedad, según explica la web de divulgación de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, es un trastorno, una alteración de esos estados habituales de miedo y nerviosismo que sí resultan útiles, al permitir a una persona estar más alerta o ser más cuidadoso. Lo que es una herramienta para la supervivencia, puede no desaparecer y empeorarse con el tiempo, hasta el punto de manifestarse en dolores en el pecho y tener pesadillas, entre otros episodios.

Así pues, tratar de curar la ansiedad es el objetivo prioritario de miles de personas en España, considerando los datos. La web Cómo curar la ansiedad alude a la necesidad de informarse sobre ella, a vislumbrar la raíz del problema, a alejarse de él y a afrontar el reto para, en última instancia, relajarse. Sin ser un sitio web médico o farmacológico, si se basa en las experiencias de usuarios, por lo que puede ser de utilidad.

Desde el centro de psicología Clínica Nicolás Moreno, por otra parte, explican que la ansiedad es “la sensación de amenaza y peligro unida al sentimiento de indefensión y vulnerabilidad”. Aseguran que las claves para tratar la ansiedad son aprender a cambiar los pensamientos negativos, a aceptarla en lugar de luchar contra ella y afrontar los miedos.

Cómo influye la imagen personal

La ansiedad implica aspectos cognitivos, fisiológicos y motores y de conducta, pero puede partir de causas diversas. Al fin y al cabo, está relacionada con un mecanismo que facilita nuestra relación con el medio, aunque está alterado.

Los factores implicados en su origen y mantenimiento pueden ser predisposicionales (conciernen a la biología y la constitución, sean hereditarios o no), circunstanciales (los que activan la alerta) o de mantenimiento (afectan en los casos en que la ansiedad alcanza límites de trastorno). Así lo explica la clínica de ansiedad, una web de consultas llevada por especialistas en la materia.

De lo anterior se extrae la heterogeneidad de factores que pueden desencadenar en un episodio de ansiedad o en un trastorno. La misma imagen personal puede influir, cuando aparece una preocupación excesiva por una parte del cuerpo o por todo en su conjunto, como sucede con la dismorfofobia. Un caso de esta, aunque sea leve, puede generar ansiedad, depresión o aislamiento social, por lo que es necesario tratarla.

Desde este punto de vista, especialistas como los que trabajan en Salutae Getafe, una clínica especialista en medicina y estética, explican que los tratamientos estéticos no solo son cuestión de belleza, sino de salud y bienestar.

La relación de la salud y la belleza

Sentirse bien con un mismo es una condición fundamental para alcanzar el bienestar, porque implica niveles altos de autoestima. Que esta sea alta tendrá su repercusión en la vida profesional o el desempeño académico, así como en las relaciones personales. En cambio, si es baja, puede desembocar en un problema de autoinhibición o desembocar en comportamientos negativos.

En algunos casos, una sesión de cuidados personales puede actuar como revulsivo. Mimarse a uno mismo con un Cupon treatwell (que ofrece descuentos en belleza con un código promocional treatwell) ayuda a mantener alejados los pensamientos negativos, a ubicarse de nuevo en un punto central en el orden de prioridades y, en definitiva, a quererse más para sentirse mejor.

En otros casos, sin embargo, puede no ser suficiente con una cambio superficial, sino que la persona necesita ser tratada en profundidad para conocer el origen de esa baja autoestima que le provoca estados de ansiedad. Hablamos de abusos, desatenciones durante la infancia, discriminación, otras enfermedades, pérdidas importantes, problemas socioeconómicos puntuales…

Las fobias, también relacionadas con la ansiedad

Fobias como dismorfofobia se relacionan con la ansiedad, sí, como causa o consecuencia. Pero no todas son igual de conocidas. En el capítulo de fobias raras encontramos el “miedo a las agujeros”, es decir, la tripofobia. Es, en concreto, la sensación de miedo o repulsión hacia la visualización o el permanecer cerca de figuras geométricas que están muy juntas, contando especialmente los pequeños agujeros o hoyos, como los de la semilla de la flor de loto.

Desde el Centro Psicológico Gran Vía, presente en Bilbao, Las Arenas (Getxo) y Barakaldo, recuerdan que a pesar de no tratarse de un trastorno psquiátrico grave, sí pueden tener una repercusión muy negativa en la vida diaria de la persona. Se puede entender que la fobia surge de la ansiedad que generan solo ciertas situaciones y objetivos precisos y, para evitarla, la persona suele evitar exponerse a tal estímulo.

Las fobias son de diferente tipo. Las específicas se pueden dividir entre de tipo animal, ambiental, daños (a la sangre, a las inyecciones, a la cirugía…), situacionales (viajar, estar en un lugar cerrado) u otros. Además de ellas, están las fobias sociales y las generalizadas.

Las causas de que se aparezcan no siempre están claras, y es posible que no tengan que ver solo con una. En muchos casos, puede tener su origen en la infancia y no desaparece por sí sola, sino que se requiere de un profesional que valore cada caso, emita un diagnóstico y prescriba un tratamiento personalizado.

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