Redacción - 5 de julio de 2018
El sudeste asiático es uno de los destinos turísticos de moda desde hace años. A países como Tailandia, Laos, Vietnam y en menor medida Japón e India llegan cada año decenas de millones de turistas extranjeros en busca de su cultura exótica, su clima tropical y su biodiversidad.
En cambio, Filipinas sigue siendo un país un tanto desconocido para muchos turistas occidentales, y eso convierte a la que fuera una de las últimas colonias españolas en un destino incluso más atractivo. Comparte con otros países de su región atractivos similares: playas de arena fina, bosques, selvas, parques naturales... y como no, una intensa actividad nocturna en las principales ciudades del país, siendo la más destacada Manila, su capital.
En Filipinas nos encontramos con su capital, la ciudad de manila es la más densamente poblada del mundo, con 46.000 personas por milla cuadrada, el doble de densidad de Nueva York, y es la segunda ciudad en población del país, por detrás de Ciudad Quezón. Existen multitud de cosas para hacer en la capital filipina, de modo que los planes son innumerables. Hablamos de una ciudad con mucho encanto y que, además, es el centro neurálgico del país, pues los vuelos hacia otras áreas de Filipinas parten todos desde la capital.
En Manila, una de las mejores cosas que se puede hacer es conocer la historia de la ciudad en el barrio antiguo de la Perla de Oriente, el nombre como era conocida Manila antes de ser arrasada en la Segunda Guerra Mundial.
Durante este periodo trágico para la humanidad, Manila fue destruida casi por completa, y con ella, Intramuros, su arrabal colonial. Para los turistas españoles, esta visita es obligada, pues aún se derrocha cierto espíritu español y colonial.
Cerca de Intramuros están la Iglesia de San Agustín y la Catedral de la Inmaculada Concepción, dos de los principales templos religiosos de la ciudad, así como el Museo Nacional de Filipinas, uno de los mejores lugares para conocer un poco sobre la cultura local.
Atendiendo al clima, la mejor época para visitar el país es durante la estación seca. Recordamos que Filipinas es un país tropical, en el que las estaciones no son cuatro tan marcadas como en latitudes templadas, sino que existen una estación seca y una estación lluviosa.
En la estación seca, de noviembre a abril, este país es un destino muy popular, pues es el momento perfecto para moverse sin problemas por sus islas y lugares remotos. En esos seis meses, el periodo que va desde a diciembre a febrero es el más recomendado, pues las temperaturas son más suaves. De marzo a abril el termómetro ya comienza a subir.
La estación seca es la temporada alta de turistas, especialmente durante la primavera. Sin embargo, cada vez son más los turistas que se atreven a viajar a Filipinas entre mayo y octubre. El turismo en Filipinas es una de las actividades económicas más importantes, de modo que también durante estos meses, las autoridades trabajan duramente para hacer de Filipinas un destino agradable.
La estación de lluvias no significa que sea una lluvia constante que obligue a aplazar los planes de viaje, sino que se corre ese riesgo de tener que interrumpir algunas actividades por las inclemencias meteorológicas. No obstante, durante estos meses se puede disfrutar del país con muchos días soleados, paisajes increíbles y lo que es más interesante, menos turistas de lo que ocurriría en la estación lluviosa.
Como contrapunto a estos aspectos negativos es importante señalar que en la estación de lluvias el ahorro económico es mayor, pues tanto los vuelos como los alojamientos pasando por muchos servicios en el país son más económicos.
El condicionante más importante de viajar en la estación lluviosa es la presencia de tifones. Habitualmente ocurren desde agosto gasta finales de enero, y el problema es que son muy impredecibles, de modo que el mejor momento para viajar al país sería al inicio o el final de la estación lluviosa.
Como vemos, Filipinas tiene mucho que ofrecer al visitante, pero lo más atractivo para muchos turistas es esa inestabilidad meteorológica que caracteriza al clima tropical. Si viajas en la estación lluviosa, ¿no te gustaría disfrutar de un espectáculo tan impactante como un tifón siempre que no se ponga en riesgo tu vida?
Si el clima tropical y los vuelos de muchas horas te estresan, una alternativa para pasar unos días de vacaciones es conocer grandes ciudades del interior peninsular. Dentro de esa categoría existen varias que ofrecen un potencial turístico enorme: Madrid, Sevilla, Zaragoza...
Los casos de Madrid y Sevilla son remarcables, sobre todo Madrid, pues es una ciudad muy densamente poblada que prácticamente se queda vacía durante el verano, de modo que, si conseguimos hacer frente a la calor capitalina, podemos disfrutar de todo su encanto sin tantos agobios y estrés.
En Sevilla ocurre algo similar, con la salvedad de que la capital andaluza está a apenas una hora y media de la playa y son muchos los hispalenses que viajan los fines de semana hasta las costas más cercanas en Huelva y Cádiz.
Si queremos conocer el tiempo en Sevilla, en Meteo.es nos ofrecen previsión tiempo sevilla, un modo de conocer la temperatura en Sevilla de manera cómoda para poder realizar los mejores planes conociendo previamente el estado del termómetro.
En la capital de España, donde las temperaturas son prácticamente igual de altas que en Sevilla, pero donde la sensación de calor se agrava por tratarse de una ciudad con muchos más kilómetros de asfalto, la solución para paliar este calor pasa por acudir a Hoteles con jacuzzi privado en Madrid. Un hotel con jacuzzi privado no solo es una forma de relajarse tras un duro día de intenso calor, sino que es una forma de refrescarse y vivir unos momentos de paz, solos o acompañados. En la web HotelesConJacuzzienLaHabitacion.club ofrecen una lista de establecimientos que cuentan con este servicio, es decir, hotel con jacuzzi privado en la habitación.
