23 de abril de 2024
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Para curar la ansiedad y la fobia social, pedir ayuda es fundamental

Para curar la ansiedad y la fobia social, pedir ayuda es fundamental

Redacción - 2 de octubre de 2018

Curar un trastorno de ansiedad es un proceso largo y que requiere una gran fuerza de voluntad por parte del afectado. Lamentablemente muchas personas no piden ayuda a un profesional, con lo que no se ponen nunca en tratamiento y no consiguen superar el problema. Esto es especialmente frecuente, en el caso de la fobia social, puesto que las personas afectadas son reacias a pedir ayuda psicológica. En estos casos, viven con este trastorno durante toda su vida, de modo que las facetas más importantes de su vida se ven fuertemente afectadas. Suelen tener dificultades para hacer amigos, para encontrar pareja, para entablar amistades profundas, para disfrutar en determinados eventos sociales, para desempeñar determinados trabajos, etcétera. y a veces porque con la terapia no consiguen hacer grandes avances en su curación.

La diferencia entre la timidez y la fobia social, es que la timidez no impide a una persona ser feliz. Puede que se sienta incómoda en determinadas situaciones y que sienta vergüenza, pero no por ello evita todas esas situaciones. La persona con fobia social en cambio, evita todas aquellas situaciones que interpreta que pueden generarle ansiedad y malestar, es decir, se desarrollan comportamientos de evitación. Uno evita hacer cosas como participar de forma fluida en una conversación o reunión en grupo, fiestas y ambientes en los que no está cómodo, evita acercarse a conocer a alguien que le gusta, y evita ser el centro de atención. Obviamente como es comprensible, este tipo de conductas tienen un fuerte impacto sobre la felicidad y la plenitud personal del individuo, puesto que contribuyen a que este se sienta aislado y a que padezca soledad. Una gran proporción de personas con fobia social no tienen nunca pareja, tienen pocos amigos, y se sienten aislados del mundo.

A pesar de que todos ellos tienen un gran interés en saber cómo curar la fobia social, la realidad es que a veces se niegan a pedir ayuda, a aceptar que no pueden solucionar el problema por sí mismos. Otras veces sí realizan terapia con un psicólogo o con un psicoanalista, aunque no todos los que intentan curarse lo consiguen. Al igual que sucede por ejemplo con el TOC (trastorno-obsesivo-compulsivo), o la agorafobia, gran parte del tratamiento consiste en ser capaz de salir de la zona de confort emocional. Y ello requiere estar dispuesto a enfrentarse a todo aquello que a uno le da miedo, a todo aquello que genera esa sensación de pánico en él. Esto es precisamente, la parte más difícil del tratamiento, y a su vez, lo que va a posibilitar la curación. Cuando alguien se expone una y otra vez a ese estímulo o situación que desencadena en él la ansiedad, esta progresivamente se va haciendo menos intensa, hasta que eventualmente desaparece o al menos se reduce notablemente.

Es lo que se llama la terapia de exposición, y se usa especialmente en los tres principales trastornos de ansiedad que existen: la fobia social, el TOC y la agorafobia. Esta terapia consiste en conseguir que la persona afectada, se enfrente de forma controlada a aquello que tanta angustia le genera, para que el hecho de exponerse a esa situación, haga que progresivamente el nivel de ansiedad descienda. Si bien es uno de los recursos terapéuticos más usados por los psicólogos, hay que decir que curar un trastorno de ansiedad no es fácil. Además de la ayuda de profesional, requiere que el paciente esté dispuesto a implicarse en el tratamiento, a aceptar que va a tener que enfrentarse a sus miedos más profundos, y a tener la fuerza de voluntad que se necesita para enfrentarse a un reto de ese tipo.

Cada trastorno de ansiedad, tiene sus particularidades, y el primer paso para curarlo, es tener un diagnóstico acertado. Muchas personas tienen vergüenza de pedir ayuda, o creen que nadie puede ayudarles, lo que evidentemente no es cierto. La ayuda psicológica, la gran mayoría de veces, consigue reducir la magnitud del trastorno; y en muchos casos llega a curarlo totalmente.

Evidentemente cada trastorno requiere un abordaje terapéutico distinto, y ahí es donde entra el juego el papel del psicólogo. Hay que recordar que la ansiedad es una emoción natural, es el resultado de la expresión biológica de los procesos psicológicos. El problema aparece cuando no está asociada a una situación muy puntual y concreta, sino que forma parte del día a día de una persona, y limita el normal desarrollo de la vida de una persona. En este sentido, la fobia social es uno de los trastornos que más puede limitar la vida de una persona, puesto que limita fuertemente la calidad de la vida social de una persona, y por tanto, tiene fuertes implicaciones a nivel de su capacidad para ser feliz y para sentirse realizado como persona.

Otras veces, la ansiedad es el resultado de una determinada situación adversa que puede ser puntual (como los problemas familiares, laborales, o económicos); o puede ser muy prolongada en el tiempo, como por ejemplo por problemas de salud. Por ejemplo, las personas con fibromialgia, tienen una vida muy limitada por el dolor físico, el cansancio, y la fatiga, y esto a su vez genera elevados niveles de ansiedad y depresión. Se hace necesario entender, que la fibromialgia en muchas ocasiones llega a impedir que la persona puede llevar a cabo una vida mínimamente satisfactoria; en tanto en cuanto le obliga a estar encerrada en casa guardando reposo para evitar más dolor y fatiga. A eso hay que añadirle la angustia que genera el hecho que esta dolorosa enfermedad llamada fibromialgia, genere una total incertidumbre sobre su futuro en todos los niveles: familiar, sentimental, laboral, económico, etcétera. La mayoría de personas con fibromialgia, dependen económicamente de alguien, y sufren periodos de ansiedad y depresión.

Como conclusión podemos decir, que si bien son muchas las situaciones que pueden llevar a alguien a padecer esta emoción negativa, en todos los casos se hace necesario pedir ayuda cuando uno no es capaz de manejar el por sí mismo la situación adversa que está generando dicha emoción negativa. En el caso concreto de los trastornos de ansiedad, es todavía mucho más importante buscar la ayuda de un psicólogo, y asumir que uno debe tener fuerza de voluntad para superar el problema, y para afrontar sus miedos y sus vulnerabilidades. La psicología cognitivo-conductual, junto al psicoanálisis, son probablemente las dos posibilidades terapéuticas más esperanzadoras. En la primera de ellas, se enseña al paciente a comprender su realidad mental, sus creencias limitantes, y la irracionalidad de sus miedos. Se le muestra que es posible adquirir nuevos puntos de vista que sean más apropiados para entender toda esa realidad mental, y que existe un modo distinto de relacionarse con sus propios pensamientos. Y es que la relación más importante que hay en la vida, es la que uno tiene consigo mismo. La psicoterapia consigue un proceso de re-educación emocional, de comprensión, de perdón y aceptación. Y a partir de ahí, es posible una transformación personal que lleve a la persona a afrontar de otro modo sus problemas y su propia vida.