Sociedad
Artículo

Multas injustas: cómo librarse de ellas

Multas injustas: cómo librarse de ellas

Miguel Ángel Olimpo - 11 de octubre de 2018

Aunque en un principio las multas fueron creadas para garantizar el correcto cumplimiento de las normativas gubernamentales, hoy en día se han convertido en una fuente de ingresos (muchas veces injustificadas) para la Administración, sometiendo así a una gran cantidad de ciudadanos a pagar sanciones que legalmente no les correspondían.

De ahí la importancia de conocer el sustento jurídico de las mismas y también de saber el procedimiento a seguir en caso de que se le haya adjudicado una infracción injusta.

¿Qué es una multa?

Se conoce como multa a todas aquellas sanciones de clase administrativa las cuales deben ser obligatoriamente cumplidas por medio del suministro de determinada cantidad de dinero. Estas penalizaciones son empleadas por el Estado como un instrumento para hacer frente a las transgresiones cometidas por los ciudadanos día a día, en favor de suprimir por completo cualquier conducta no aprobada dentro de la legislación del país.

A las multas en el campo jurídico se les llama tradicionalmente como penas pecuniarias, sobre todo cuando se tratan de sanciones iniciales que pueden ser fácilmente resueltas con una sola transacción económica. Por otra parte, las multas coercitivas son aquellas que son impuestas como consecuencia de la omisión del pago de las multas pecuniarias, y asimismo se caracterizan por repetirse cada cierto tiempo.

En el caso de que el ciudadano decida no acatar ninguna multa impuesta, el sistema judicial procederá a dictar una apropiación del patrimonio, un molesto proceso impartido por el Estado que consiste en acceder libremente a los ahorros del deudor con la finalidad de pagar la suma de dinero establecida con anterioridad. Este procedimiento puede llevarse a cabo sin la necesidad de un tribunal, e incluso si la persona se resiste, es posible coaccionarla.

En cuanto al origen etimológico del término, es causa de discrepancia entre variedad de autores. No obstante, la mayoría coinciden en que la definición actual nace de la palabra "multa" que significa "apoderarse de".

¿Qué hacer ante una multa injusta?

De acuerdo con los juristas Arteaga - Abogados Illescas, durante los últimos años la ciudadanía ha estado denunciando continuamente que muchas de las sanciones impuestas por policías y demás entes gubernamentales suelen ser injustas e incomprensibles, por lo que exhortan al Estado a iniciar campañas educativas con el objetivo de que todas las personas tengan la oportunidad de conocer cuáles son sus derechos ante situaciones propiciadas por el abuso cometido por las autoridades.

Este grupo de abogados expertos señalan que el código policial estipula claramente el derecho que tiene cada uno de los ciudadanos de grabar todo procedimiento policial, ya que esto puede ser utilizado como prueba en el caso de que se cometa cualquier irregularidad o abuso de poder.

De igual forma, las personas tienen la potestad de exigir la compensación de las sanción a través de la justicia restaurativa, puesto que de este modo podrán ejecutar cierto tipo de labor comunitaria en lugar de cumplir con el pago en metálico. Adicionalmente, la misma ciudadanía se encuentra en el deber de crear un grupo que realice el adecuado seguimiento del trabajo de las autoridades pertinentes.

Consejos para recurrir una multa

Para recurrir una multa sin necesidad de desembolsar dinero, es fundamental conocer bien la Ley de Tráfico junto con las normas de circulación, debido a que en la mayoría de los casos si se recibe una multa por alguna infracción cometida lo más seguro es que se tenga que pagar obligatoriamente. A pesar de ello, existen diferentes razones por las que se puede recurrir una multa.

Una de las más comunes es probar cierto defecto en la forma, es decir, errores en la transcripción del contenido, en cuyo caso casi siempre los reclamos son válidos, eliminando la multa. Igualmente es posible anular una sanción cuando ésta haya prescrito o bien cuando se solicite una demostración irrefutable de la misma y las autoridades involucradas no sean capaces de proveerla.

En líneas generales, recurrir una multa impuesta por una infracción vial no es complicado. Simplemente debe contarse con un argumento válido que exhiba explícitamente los motivos del reclamo. Es importante tener en cuenta que para iniciar este proceso se disponen de un periodo de 20 días naturales, pero si se decide no recurrir la sanción por más injusta que sea, está la opción de acoger el 50% que será aplicado a la suma entera de la multa si se paga mediante la fórmula del pago rápido.

Multas curiosas

La acreditación de multas por infracciones como consumo de bebidas alcohólicas, abuso de velocidad, no colocarse el cinturón de seguridad, utilizar el móvil, ingerir sustancias estupefacientes al momento de conducir o pasar de largo cuando el semáforo está rojo, es algo bastante común. Sin embargo, aparte de las multas por conductas anormales en la carretera, existen las multas más curiosas con una gran variedad de motivos insólitos por los que se puede multar a un ciudadano.

Besar a una mujer dentro de un coche no está bien visto por la Ley, esto acarrea una multa de aproximadamente 80 euros. Así como iniciar la marcha del vehículo mientras se realiza un derrape tampoco, por lo que la multa estipulada para ello ronda los 100 euros.

Llevar a cabo actividades tan simples como maquillarse, comer, leer o beber también son motivo de multa, puesto que además de comprometer la integridad física del conductor, también pone en peligro a todos los demás ciudadanos a su alrededor. La multa por esta inocente conducta es de 200 euros más la resta de dos puntos en el carnet.

Otra curiosa razón de amonestación es conducir con vestimenta inadecuada, específicamente la ausencia de camisa, el uso de tacones, chanclas o pies descalzos. ¿La razón? impide la correcta manipulación de los pedales en la vía.

El Reglamento General de Circulación no solo castiga a aquellos que vistan mal, también sanciona a los conductores que gusten de utilizar ruidos demasiado altos o estridentes en la carretera. Un ejemplo de esto, apretar el claxon de manera constante. Tal comportamiento está reservado estrictamente para cuando se presenten situaciones de emergencia o para anunciar a otro conductor que se le va a rebasar.