Miguel Ángel Olimpo - 2 de noviembre de 2018
El hormigón es un material que perdura en el tiempo y ofrece una variedad de estilos para pavimentar.
Cuando se habla de construcción, entra en juego un material muy versátil, pues tiene una variedad de usos y acabados. Se trata del hormigón, una mezcla de cemento, agua, arena, áridos o grava (rocas fragmentadas) y aditivos. Estos últimos sirven para acelerar, retardar o darle color al fraguado.
El hormigón posee una serie de ventajas con respecto a otros materiales, por ello lo utilizan en las diferentes obras arquitectónicas, como edificios, puentes, túneles, etc. De hecho, se puede decir que es el material por excelencia para establecer las bases de las construcciones. También tiene utilidad en la decoración de hogares.
Propiedades del hormigón
Su consistencia varía según la cantidad de grava que se añada. Mientras más pequeña sean las piedras, más fino será el hormigón. El albañil le dará una densidad específica a la preparación tomando en cuenta el tipo de obra y el peso que deba soportar la estructura, pues de ello depende la resistencia que pueda aportar.
Entre sus propiedades encontramos que es muy resistente, por lo tanto perdura en el tiempo. Es altamente impermeable y es un buen aislante del sonido gracias al cemento. Esto evita que las edificaciones sean vulnerables ante condiciones climáticas adversas (inundaciones, huracanes), y por supuesto, cuentan con una buena barrera contra el ruido de la ciudad.
Otra de sus características es que puede soportar los efectos de la compresión y de tensión una vez está en estado sólido. No obstante, cuando es utilizado en edificaciones de gran envergadura requiere ser reforzado con otras estructuras internas para así hacerlo más seguro.
El hormigón como elemento decorativo
Es normal que a la hora diseñar espacios exteriores e interiores exista la necesidad de crear áreas atractivas a la vista. El estilo industrial está de moda en los ambientes, es aquí cuando el hormigón decorativo y sus variedades hacen uso de presencia.
Hormigón impreso
Por ejemplo, si se cuenta con las herramientas adecuadas (una hormigonera, máquina de corte, etc.) podrás darle infinidad de diseños, formas, texturas y color al hormigón fresco. A esta técnica se le conoce como hormigón impreso.
Este tipo de pavimentos no solo tiene un plus estético sino que es muy resistente al desgaste, soporta cambios bruscos de temperatura, y hasta el ataque de ácidos, manchas de grasa y aceite. Esto lo hace ideal para zonas de alto tránsito (aceras, aparcamientos, centros comerciales, parques, etc.)
Sin dudarlo puedes usarlo en tu jardín o patio, ya que permite realizar bordes curvos para zonas de árboles o incluso en el área de la piscina por ser antideslizante. También es perfecto para colocarlo en tu hogar u oficina e imitar a otros tipos de suelos como el parque, el gres, rocas, madera, etc.
Hormigón pulido
Es común verlo en edificaciones donde hay alto tráfico y episodios recurrentes de impactos contra el suelo, como hospitales, centros comerciales, etc. El hormigón pulido se diferencia del impreso en que no se usan moldes ni diseños, por el contrario tiene un acabado liso y brillante.
Instalar este tipo de pavimento tiene múltiples beneficios: es económico y de fabricación sencilla, se requiere poco esfuerzo para mantenerlo limpio, es duradero, no se quiebra, es resistente a los cambios climáticos y puedes elegir entre una amplia gama de colores.
Ahora bien, en la tendencia minimalista el hormigón pulido es todo un protagonista. Tiene utilidad en el diseño de suelos y paredes para la cocina, sustituyendo revestimientos convencionales como las baldosas.
Igualmente los más atrevidos lo emplean en la fabricación de encimeras y mobiliarios hechos a medida como islas o barras, y para todas las estancias de la casa.
Es evidente que el hormigón resulta una buena opción para fabricar suelos, y los expertos de Pavex lo saben. Su durabilidad, resistencia y estética le ha permitido ganar notoriedad día a día, al crear espacios agradables e inolvidables.
