7 de noviembre de 2018
La importancia que le damos a la salud es la que le damos a nuestra vida. Gozar de buena salud es la mejor forma de sentirnos bien y a plenitud en nuestro día a día. Cuidar nuestro cuerpo es, además, la mejor forma de conservarnos saludables durante mucho tiempo.
Asociamos la buena salud a personas que salen a correr todos los días, que evitan a toda costa el sedentarismo y, sobre todo, a personas que cuidan su alimentación. Sabemos la teoría. Aunque la mayoría muy pocas veces ponemos en práctica estos buenos hábitos.
Sin embargo, no es necesario llegar a establecer rutinas con una carga horaria incompatible con el resto de nuestras actividades para lograr sentirnos mejor. Basta con adoptar algunos consejos de salud como los que te que proponemos. Algunos son tan importantes que pueden salvar tu vida.
La parte más importante de toda la rutina saludable está representada por el ejercicio físico. Y no tiene que ser expresamente hacer ejercicio en gimnasio. También se puede hacer ejercicio en casa. Desarrollar actividades que demanden un mayor esfuerzo físico, y que por ende, te hagan hacer mayores movimientos.
Dejar el agua en la nevera te obliga a caminar hasta ella, siempre. Ir caminando o en bici al trabajo te obliga a hacer ejercicio todas las mañanas.
El cuerpo está compuesto en su mayoría por agua. Lógicamente, parte de ese líquido lo vamos consumiendo diariamente, lo que hace que sintamos sed. Sentir sed es una respuesta urgente a la necesidad de agua en nuestro organismo. Por eso, una recomendación ineludible es tomar agua siempre y antes de sentir la sed. No esperar a la alarma de seguridad para cuidar de que nada malo ocurra.
Un buen hábito es tener un envase con 2 litros de agua, con una clara intención de consumirla por completo durante el día. Y no necesariamente debe ser agua. Pueden ser zumos o hasta frutas ricas en agua, como la piña o el melón.
Una frase usada hasta la saciedad por los nutricionistas. Somos lo que comemos. A estas alturas, todos sabemos lo que eso significa, pero al igual que sucede con los otros hábitos saludables, pocos lo ponen en práctica.
El principal problema con la alimentación está en los excesos de carbohidratos y grasas en las comidas de cada día. Elementos que nos hacen subir de peso o sentirnos cansados.
Más que la prohibición, sentirnos bien desde lo que comemos representa un equilibrio entre las comidas que nos encantan pero que no son saludables, y las comidas que le encantan a nuestro organismo, aunque no sean, directamente, nuestras favoritas.
La enfermedad de la mayoría de la sociedad en el siglo XXI. El trabajo, la familia, la falta de un descanso óptimo y jornadas diarias extenuantes. Estamos expuestos, hasta involuntariamente, a cuotas diarias de estrés que acaban por agotarnos, física y mentalmente.
Gestionar el estrés es uno de los mejores consejos saludables de la actualidad. La alternativa de gestionarlo surge porque a veces no podemos evitar que ocurran las situaciones de estrés.
Educar la respiración o saber que existen vías alternativas para resolver los problemas son algunos de los ejercicios. Por ejemplo, colocar las tareas estresantes en una lista junto con otras que si te guste hacer, convierte una fuente de estrés en una tarea más, quitándole todo el dramatismo y los pronósticos fatalistas.
En ocasiones, tenemos en nuestra mente que la tarea será muy complicada y que hacerla es imposible. Luego, la hacemos en 30 minutos y sin esfuerzo. Por eso es importante gestionar las situaciones que puedan causar estrés.
Nada está dicho, ni siquiera a la hora de cuidarnos mejor. Por eso, si quieres encontrar hábitos saludables o alimentos que puedas incluir a una dieta de óptima calidad, descubre más en www.actualidadfitness.com. Es posible que colocar un nuevo alimento, eliminar uno que ya esté en tu dieta, mejorar la forma en que realizas ejercicio o hasta cambiar la forma de ir al trabajo pueda representar grandes cambios para tu salud.
Vivimos en una sociedad que da por sentado que nos sentimos bien, hasta que nos sentimos mal y debemos salir de inmediato a urgencias. Para evitar esto a toda costa, lo mejor es adoptar hábitos pequeños, pero que una vez se consoliden en nuestras rutinas diarias representen un cambio de tales magnitudes, que pueden salvarnos la vida.