Miguel Ángel Olimpo - 15 de noviembre de 2018
Los niños deben comenzar a ir al dentista en el mismo momento que le sale su primer diente o por lo menos al primer año de edad, siendo lo ideal llevarlo al dentista cada seis meses. Las visitas periódicas al odontólogo son necesarias para mantener la salud dental en el desarrollo del niño.
Aun cuando se mantenga una excelente higiene dental en los dientes de los niños, es posible que existan problemas y no tenerse claro sus síntomas y causas. Solamente un dentista podrá detectar esto de forma temprana y tratarlo antes de que se convierta en un problema mayor.
La mayoría de los padres creen que los dientes de leche no necesitan de ningún tipo de cuidado especial, ya que estos finalmente mudarán, pero debe recordarse que los dientes permanentes van creciendo directamente debajo de los dientes de leche. Hay que tener en cuenta que los dientes de leche son la guía de esos dientes permanentes en su lugar, así como a largo plazo desempeñan un papel muy importante en la salud dental del niño.
La primera visita al dentista por lo general llega a asustar al niño, y es por eso que mientras más pronto suceda, más cómodos estarán, porque esa primera visita puede tomarse como una transición para que el niño conozca la consulta y sienta que este es un lugar seguro y amigable, como el que puede encontrar en la mejor clinica dental de Murcia.
Esta primera visita al dentista puede ser corta e implicar muy poco tratamiento, dándole al niño la oportunidad de conocer al odontólogo de una forma amigable. De hecho, el dentista puede pedirle al padre que se siente en la silla dental para que sostenga a su hijo en sus piernas durante el examen.
De igual forma se le puede sugerir a los padres que durante parte de la visita se queden esperando en el área de recepción, para que de esta forma, pueda llegarse a establecer una relación entre el niño y el dentista, quien durante el examen revisará todos los dientes del niño en busca de caries, examinará la mordida y buscará cualquier problema potencial en las encías, mandíbula y tejidos orales.
Si se indica, el dentista hará una limpieza de los dientes y una evaluación sobre la necesidad de aplicar fluoruro. Asimismo, educará a los padres sobre la salud bucal, los aspectos básicos del cuidado bucal en los niños y problemas en su desarrollo dental, así como responderá a cualquier inquietud.
Lamentablemente se subestima la importancia de que los dientes de leche estén saludables, pues debido a que son temporales piensan que el perder un diente o tener uno dañado no llegará a tener ningún efecto en la salud del niño. Pero la realidad es que el daño dental en la infancia puede afectar la salud oral de por vida.
El que falte un diente puede hacer que los dientes permanentes de un niño lleguen más tarde. Además, los dientes permanentes pueden llegar a estar desalineados a consecuencia de los vacíos de una pérdida prematura de los dientes de leche. Las caries son también una preocupación, ya que este es un problema cíclico, pudiendo sufrirlas de forma crónica en la adultez.
El cuidado de los dientes en los niños requiere de una diligencia diaria, debiendo crearse en el niño el hábito de hacerse una limpieza a fondo de los dientes y las encías tres veces al día. Los niños que tienen buenos hábitos de higiene bucal a una edad temprana tienen muchas probabilidades de mantener el uso del cepillo y el hilo dental en su adultez.
De igual forma llegan a experimentar menos problemas dentales a lo largo de su vida, mantienen una autoimagen muy positiva y mejor desempeño en el colegio. El desarrollo de una buena higiene bucal es la primera línea de defensa que tiene el niño en contra de muchos de los problemas dentales, como son la placa, enfermedad de las encías y las caries.
Los estudios han demostrado que la caries dental es la enfermedad crónica infantil más común. Los padres deben desempeñar un papel vital para poder ayudar a sus hijos a establecer una atención dental adecuada y sonrisas duraderas a lo largo de su vida.
