
30 de noviembre de 2018
La endodoncia, o como generalmente se lo conoce, el tratamiento de conducto, es uno de los procedimientos odontológicos más comunes, pero no todos saben para qué sirve y en qué momento hay que realizarlo. En el siguiente artículo te contamos todo lo que necesitas saber.
El dolor de dientes es uno de los más difíciles de soportar. Por eso, apenas surge una pequeña molestia hay que ir a un dentista de confianza.
El dolor de dientes puede tener diferentes orígenes. El más común es una inflamación provocada por caries, golpes o fracturas. Ante esta situación, el profesional realiza una revisión del lugar afectado y luego, a través de una radiografía, observa cuán profunda es la herida.
Tras el diagnóstico, el dentista analizará el siguiente movimiento: si la muela está muy dañada habrá que realizar una extracción. Pero si la muela se puede salvar, se llevará a cabo un tratamiento de endodoncia.
La endodoncia es una de las cinco principales intervenciones odontológicas, según se explica en Wikipedia. Las otras cuatro son: la extracción, la obturación (procedimiento mediante el cual se quita el tejido con caries y se rellena con un material artificial), la ortodoncia (para acomodar las piezas dentales, generalmente a través de los “brackets”) y el implante dental (la implantación de una pieza artificial, mediante un perno y una corona).
El principal síntoma que siente el paciente, y que lo lleva a realizar el tratamiento de endodoncia, es el dolor de muelas. Puede ser un dolor leve o más intenso. Generalmente, el grado de intensidad de la molestia suele ser indicador del estado de la muela. A mayor dolor, peor el estado, y por ende, hay más probabilidades de que no pueda ser salvada y se tenga que recurrir a la extracción. Otro síntoma es la alta sensibilidad al frío o el calor, aunque también puede ser indicador de un problema en las encías.
El dolor es síntoma que la pulpa del diente está inflamada o infectada. Si la infección crece, puede generar un problema grave que haga que la muela sea insalvable. Si la muela es salvable, se recurrirá a la endodoncia.
En resumidas cuentas, cuando se realiza en una clinica dental una endodoncia, se extirpa la pulpa dental, como se conoce al tejido blando del centro del diente, que está infectada. Se la limpia, se le quitan las bacterias y luego se rellena el diente a fin de evitar futuros inconvenientes.
El primer paso del tratamiento de conducto es anestesiar la zona para evitar dolores durante el procedimiento. Paso siguiente: se realiza un pequeño orificio en el diente para acceder al centro del diente, llamado cámara pulpar, y a los conductos.
El profesional quita el tejido infectado para luego desinfectar, desde la raíz, toda la cámara pulpar y sus conductos. Limpiará el agujero vacío con un líquido especial que elimina todo tipo de bacterias.
Luego se realiza la obturación, en la que se rellena la cámara con materiales inertes que no afecten a la raíz y de esta forma evitar infecciones posteriores. Para finalizar, se realiza el sellado del diente mediante un empaste permanente.
El tratamiento de conducto se puede realizar en más de una visita al dentista. Todo va a depender de cuán dañados se encuentren los conductos radiculares. Para evitar que entre visita y visita el agujero se ensucie o se vuelva a infectar, el odontólogo le proporcionará un empaste en el diente que lo mantendrá cerrado hasta el próximo encuentro.
Lo más aconsejable es, después del tratamiento de conducto, realizar una visita al odontólogo 15 días después para chequear que todo ande correctamente. Luego, se recomienda hacer una visita al menos una vez al año para controles generales y particulares.
Si el diente no está completamente curado, o se vuelve a infectar, se puede hacer otro tratamiento de conducto, lo que se denomina retratamiento.
Existen distintos tipos de endodoncia. Estos varían según la cantidad de conductos radiculares que tienen los dientes en los que se realice el tratamiento. Los conductos radiculares son los canales pequeños que tienen ramificaciones desde la cámara pulpar hasta las raíces del diente
En ese sentido, los expertos clasifican los tipos de endodoncia en tres: por un lado existen los unirradiculares, que son dientes premolares que tienen un solo conducto radicular. También están los birradiculares, que son molares y premolares que tienen dos conductos radiculares. Finalmente están los multirradiculares, que son molares que cuentan con más de dos conductos radiculares.
Durante el procedimiento se pueden generar molestias en la dentadura, principalmente porque hay un foco infeccioso inflamado que provoca una alta sensibilidad. No es tanto el procedimiento lo que puede generar dolor, sino que es el sector donde se realiza el tratamiento. De todos modos, durante el tratamiento el dentista le proporcionará la anestesia necesaria para evitar inconvenientes.
Lo más probable es que el diente pueda generar molestias durante los días posteriores. Para ello, los dentistas recetan un analgésico o un antiinflamatorio. El más recomendado es el ibuprofeno. Para reducir las molestias, el odontólogo le recomendará no masticar del lado del diente tratado.
Tarde o temprano el paciente va a tener que visitar al odontólogo. De modo que es mejor atender el problema cuanto antes. La endodoncia elimina el dolor de muelas y evita la proliferación de bacterias en la placa dental.
Si se deja que la infección crezca, no solo el dolor va a llegar a niveles insoportables, sino que la acumulación de bacterias puede afectar a otros dientes y generar inconvenientes más graves.