Miguel Ángel Olimpo - 10 de diciembre de 2018
Viajar a Sevilla supone una gran experiencia, ya que significa tener la posibilidad de conocer a una ciudad repleta por numerosos atractivos, la cual destaca por ser sinónimo de arte.
Sevilla es mundialmente conocida por la popular Feria de Abril, aunque tiene muchos otros encantos peculiares.
Esta ciudad suele ser muy conocida debido a su sofisticación y estilo, al igual que por el ficticio legendario libertino Don Juan. Asimismo, no hay que dejar de mencionar que en lo referente a arquitectura barroca se puede decir que Sevilla se trata de un ejemplo por excelencia para dicho estilo.
Al viajar a Sevilla algunas de las cosas que no se pueden dejar de realizar son:
Indudablemente Sevilla consiste en un lugaridóneo para saciar hasta el apetito de los más exigentes estómagos, y el mejor modo de hacerlo es tapear en el barrio de Santa Cruz, que destaca por ser el más hermoso de la ciudad.
En dicho barrio, cerca de los Reales Alcázares y la catedral, es posible encontrar numerosas tabernas donde se pueden degustar deliciosos guisos y frituras servidas sobre pequeñas tapas junto con raciones que permiten probar los sabores característicos de Andalucía.
Uno de los lugares más simbólicos de Sevilla es la inmensa Plaza de España, la cual posee un estilo regionalista y que fue construida en 1929 para la Exposición Iberoamericana. Está situada en el interior del Parque María Luisa, tratándose de una visita obligatoria al viajar a Sevilla.
Para aquellas personas que disfrutan de los museos de arte, el Museo de Bellas Artes de Sevilla se presenta como una visita que no hay que perderse y es que este Museo cuenta con una excelente exposición de pintura de la época barroca como renacentista, en la cual se pueden apreciar obras de Velázquez, Murillo y Zurbarán.
Es imposible viajar a Sevilla y no visitar el monumento de mayor importancia que tiene la ciudad, la Catedral, la cual destaca por ser la catedral gótica cristiana de mayor tamaño a nivel global.
Una vez en ella no hay que dejar de conocer el Altar del Nacimiento, el hermoso Patio de los Naranjos y la Tumba de Cristóbal Colón, al igual que el coro y su órgano.
Se trata de un centro gastronómico compuesto por 20 puestos de comida, el cual fue diseñado por el reconocido Gustave Eiffel.
En el pasado funcionaba como mercado mayorista de pescado y lonja, destacando por ser el único mercado de hierro que permanece en Sevilla. Sin duda alguna consiste en un lugar ideal para quienes deseen degustar diversas propuestas gastronómicas.
De la misma forma es preciso decir que viajar a esta ciudad y no darse la oportunidad de disfrutar del flamenco en sevilla, sería dejar de lado gran parte de la cultura propia de la ciudad.
Y es que a pesar de no conocer muy bien este arte, al estar dentro de algún tablao y disfrutarlo en vivo y en directo supone una experiencia única, diferente e inolvidable, ya que es posible vivir de forma muy intensa la energía y vibraciones de los artistas, la música y el baile.
Cabe mencionar que el flamenco se trata de una disciplina dividida en dos partes, siendo estas la música y el baile.
En cuanto a la música hay que decir que tanto la guitarra como el cante tienen un papel fundamental, los cantes del flamenco son conocidos como “palos o estilos” y permiten identificar los distintos estilos de cante. De este modo, actualmente existen 50 agrupaciones de acuerdo a su origen y métrica, al igual que por su acompañamiento con guitarra y/o baile.
Cada palo posee la misma estructura que el resto, una parte fija y una variante en la cual se produce la improvisación.
Dentro de los estilos del flamenco más característicos están los fandangos, sevillanas, bulerías, tangos, seguiriyas y alegrías, que se diferencian por sus compases, letras y estrofas.
