Miguel Ángel Olimpo - 25 de enero de 2019
La muerte es un tema que pocos desean tratar, pero en el momento en que ocurre el deceso de un ser querido surgen ciertos asuntos legales que resolver. El escenario ideal sería la preparación anticipada de todos los documentos que sean necesarios y así evitar situaciones engorrosas para los familiares. Sin embargo, esto no siempre sucede.
En los casos en que el fallecimiento ocurre de forma repentina, es probable que no se hayan tomado las previsiones en cuanto a herencias, testamentos u otros y exista poca claridad sobre el destino de las posesiones. En estos casos, la titularidad de los vehículos se encuentra comprometida.
La adquisición de un coche reporta satisfacción para muchos y tomar la decisión acertada puede convertirse en la experiencia más abrumadora. Aparte de verificar el buen funcionamiento del coche, es preciso constatar que los papeles estén en regla.
La invasión de la emoción en el comprador, suele nublar la razón y causar compras inadecuadas. Muchas veces se descartan los aspectos de legalidad o se “deja para después” cualquier diligencia. El problema se presenta en el momento en que el responsable de tal negociación fallece, lo cual agrega otra dificultad a los familiares que desean disponer del vehículo.
A través del testamento, se puede especificar, a quien se le concederá la tenencia de los bienes después de la muerte. Si este documento no se efectúa anticipadamente o no se incluye el coche como parte de la herencia, la dificultad para realizar la transferencia legal al nuevo titular, se hace mayor.
Cualquiera de las situaciones relacionadas con un cambio de titularidad por fallecimiento sin herencia o dar de baja a coches de difuntos, entre otras, suelen ser tareas complejas, que requieren tiempo y dedicación. Los problemas de este tipo, pueden ser un verdadero dolor de cabeza y, de por sí, la pérdida del familiar es suficientemente dura, para adicionar, los trámites de legalización.
Las circunstancias pueden ser más desfavorables si existen varios herederos, ya que todos tienen derechos legítimos de recibir el legado del fallecido, lo que pudiera generar conflictos y discusiones. Esta situación debe ser regularizada ante las autoridades competentes, y cumplir con varios pasos que permitan la distribución equitativa.
Adjudicar el coche del fallecido, sin testamento, es una faena complicada que inicia con la verificación en Tráfico (si es robado o está solicitado por la justicia). Seguidamente, se evalúa la tenencia de deudas e impuestos. Comprobar la posesión original del coche ante el Notario, acudir a la delegación de Hacienda para hacer la modificación del titular, entre otros trámites son algunos de los pasos que hay que dar.
Este tipo de diligencias son desgastantes para el que no sabe sobre esos asuntos. La experiencia puede volverse un verdadero reto y encontrarse con numerosos obstáculos y dificultades. Por otro lado, cualquier persona que vive el dolor de la pérdida del ser amado, lo menos que desea es estar involucrado en procedimientos enredados y agitados.
A través de algunos servicios, como el que se ofrece desde Transferencias Imposibles, se pueden conseguir expertos competentes, capaces de solucionar cualquier dificultad asociada a trámites de documentos. La búsqueda de un profesional de la salud suele ser exhaustiva ante la presencia de cualquier patología. De igual modo, para la legalización de documentos es preciso contar con el personal más competenteque dé soluciones concretas.
Las estafas se han generalizado en los últimos años. Existen ofertas engañosas y personas que se encargan de aprovecharse de la necesidad de otros. Determinar la autenticidad del gestor a emplear es fundamental. En este sentido, es importante evaluar los trabajos previos, recomendaciones, trayectorias, problemas resueltos, fortalezas y la diversidad de profesionales con los que cuenta. En www.transferenciasimposibles.com se ofrecen excelentes soluciones de los problemas de documentación que otros no pueden enmendar.
En resumen, el cambio de titularidad de vehículo por fallecimiento, produce un conjunto de trámites y papeleo que se agrandan al no existir el testamento. En este caso, después que alguien muera, es posible que se desarrollen desacuerdos inesperados en relación a la repartición. Sea como sea, la situación debe solucionarse, para que los involucrados puedan recibir su herencia, por lo que es preciso contar con la mejor asesoría y apoyo de profesionales que agilicen el proceso de forma satisfactoria.