Redacción - 8 de agosto de 2019
En una vivienda, existen pocas decisiones más importantes en el mundo del diseño, la decoración y la construcción que la elección del tipo de suelo. Atendiendo únicamente al apartado estético, el suelo es un elemento de gran impacto que es capaz por sí mismo de marcar la estética del conjunto.
En la actualidad existen muchas tendencias en suelos, algunas complementarias y susceptibles de ser combinadas y otras simples modas que más temprano que tarde dejarán de ser tendencia.
La ventaja de acudir a suelos clásicos es que son atemporales, es decir, no sujetos a esas tendencias tan cambiantes en la industria de la decoración. Esto les permite ser versátiles y, de algún modo, complementar bien con todo tipo de estilos decorativos.
Los suelos de parquet son de esos suelos clásicos y versátiles que muchas familias demandan para su vivienda, pero a menudo este tipo de pavimento resulta poco accesible por su precio elevado. Desde hace décadas, una apuesta interesante es la de acudir a los suelos laminados imitación del parquet en lugar de optar por el propio parquet.
Los suelos laminados se diferencian del parquet en el tipo de madera, que no es madera noble, sino un prensado de alta densidad elaborado a partir de base celulósica o sintética. Por lo general, el suelo laminado es considerablemente más económico que el suelo de parquet, pero al tiempo es también más práctico y funcional, pues en el mercado encontramos gran variedad de modelos y diseños.
Este tipo de suelos son una gran opción tanto si se trata de vivienda de nueva construcción como si lo que se produce es un proceso de reformas. Su relación calidad precio es muy alta y las prestaciones son más completas de lo que la mayoría de la gente conoce.
Los laminados son suelos duraderos, algunos fabricantes ofrecen décadas de garantía. La alta durabilidad se debe a la densidad del tablero y la capa protectora exterior. En suelos laminados podemos encontrar modelos de valor AC3, aptos para usos domésticos y suelos AC5, para uso comercial, e incluso suelos AC6 para usos muy intensivos.
Otra ventaja interesante es que son piezas fáciles de instalar, aunque siempre es mejor contar con la ayuda y asesoría de profesionales. Por otra parte, no es necesario tener un suelo concreto para poder realizar una instalación de suelo laminado, basta con que esté seco y nivelado. Los laminados se pueden instalar sobre cemento, granito, vinilo, madera…
Aunque sin duda alguna el aspecto que más atrae a profesionales del sector de la construcción y particulares es que estos suelos son más baratos que otros. Un suelo laminado barato ofrece las mismas garantías de durabilidad y resistencia que otros comparativamente más caros.
Si acudimos a espacios como La Fábrica del Parquet podemos descubrir suelos de este tipo a precios muy competitivos. El portal trabaja con las marcas líderes del sector y al mejor precio, gracias a acuerdos con los fabricantes al por mayor.
Una última característica de los suelos laminados que los hacen muy interesantes es que el proceso de limpieza y mantenimiento es muy sencillo. Una simple mopa o una aspiradora son más que suficientes para el mantenimiento diario. De manera periódica, una fregona con poca agua y productos no abrasivos devuelven el brillo original al suelo.
Los suelos laminados, y también los vinílicos, son muy populares por las razones comentadas: se colocan de manera sencilla, permiten darle una apariencia diferente a las estancias de un modo económico y, algo que es también importante, están disponibles en multitud de diseños, muchos de ellos imitando otros materiales.
En cualquier caso, los suelos laminados están pensados casi exclusivamente para interiores, no siendo recomendables en patios, jardines o terrazas.
Una alternativa a los suelos laminados son los suelos de bambú, que ofrecen un alto grado de resistencia y durabilidad y son también muy económicos. Con una apariencia similar a la de la madera, su veteado es más intenso y presentan un buen comportamiento frente a barnices, tintes y otros tratamientos.
Para ambientes de carácter más industrial, o incluso minimalista, el microcemento es una opción muy popular, en suelos y para ser utilizado como revestimiento para paredes. Este material ofrece gran resistencia, es impermeable y permite salvar prácticamente cualquier nivel.
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