
21 de agosto de 2019
La creatividad de los artistas siempre ha estado vinculada con la naturaleza, siendo uno de los principales temas presente en la historia del arte, al aportar una gran fuente de inspiración.
Desde las primeras representaciones artísticas, la naturaleza ha tenido un rol importante en diversas manifestaciones del arte, como la plástica y la literatura. Los grandes escritores y maestros, la han incluido entre sus piezas, contribuyendo a la apreciación y conservación de los lugares.
Durante los diferentes períodos de la historia se ha transformado la forma de plasmar y reflejar el entorno, siendo tanto un contenido como una prolongación de acciones, convirtiéndose en muchos casos en material. La principal musa de muchos artistas ha sido protagonista de diferentes obras a través de los años.
La intervención humana en el plano artístico se ha dado como una forma de expresarse a través de lo estético o de las palabras. Es por ello que la relación milenaria entre la naturaleza y el arte se debe a la admiración de las personas por la belleza natural.
La literatura y la naturaleza
La literatura, a través de los años, ha recogido los aspectos importantes de cada época, no sólo representándolo a través de personajes, sino también incluyendo su entorno y el mundo natural por medio de la narrativa. Uno de los libros que mejor plasma el valor del ambiente para el hombre es ‘Mi planta de naranja lima’ del autor brasileño José Mauro de Vasconcelos.
El libro está basado en la vida del autor, y la gran voz del protagonista, Zezeo, ha llegado a todo el mundo a través de las más de 30 traducciones que se han realizado. Se puede leer el mejor resumen del libro, mi planta de naranja lima, donde se detallan aspectos primordiales y se realiza un análisis de la novela que fue publicada por primera vez en los años 60.
La obra es referente de la literatura de Brasil, y narra la historia y momentos de dolor de un niño pobre, y sobre cómo inició su vinculación con la planta de naranja lima. El pequeño tuvo que adaptarse a circunstancias difíciles, pero comenzó a tomar estima por el pequeño arbusto, al que hablaba para escapar de la realidad y usar su imaginación.
Las penurias del protagonista se incrementaron cuando cortan la planta para extender las vías asfaltadas de la comunidad. Es por ello que con la obra, se aprecia la relación del hombre y la naturaleza, y los daños causados a ésta.
Los girasoles en la pintura
Una de las flores más conocidas por su belleza en toda la naturaleza es el girasol, y este particular detalle no ha escapado a los artistas. La información sobre la planta de girasol la destaca como un símbolo de la luz, la perfección, del sol y una reverencia a Dios, por lo que ha estimulado a muchos artistas alrededor del mundo.
El artista más famoso, por usar los girasoles como fuente de inspiración, fue Vincent Van Gogh. El pintor realizó una serie de cuadros con la naturaleza muerta y los girasoles como protagonista. La colección Girasoles la inició tras observar el ciclo de vida de la flor y la planta.
Van Gogh logró reflejar a la perfección los girasoles en jarrones, plantados en tierra y marchitos. Los 13 cuadros de la colección son mundialmente conocidos por la luminosidad y color presente, además de las emociones que produce. Curiosamente el pintor no vendió ninguno de sus cuadros en vida, pero ahora, éstos cuestan millones de euros.
El río Rin en el arte
El Rin es uno de los ríos más importantes de Europa, además tiene una hermosa panorámica que ha inspirado a muchos a través de los tiempos. Cada artista que ha creado obras con el afluente de protagonista, conoce toda la flora del rio Rin con el fin de poder plasmarla con efectividad.
La belleza del Rin ha inspirado poemas, pinturas y libros. El paisaje tiene valles, montes y castillos, y en el siglo XVI, pintores holandeses estuvieron a cargo para plasmarlo con precisión con inspecciones topográficas. Para el siglo XVIII, al ser un gran punto turístico en la región, se sacaron libros como ‘Viaje por el Rin, de Maguncia a Colonia’.
Algunos de los pintores más reconocidos del río Rin, han sido Anton Dietzler con una obra de paisaje pacífico, Christian Georg Schütz con acuarelas realistas y gran interés en la naturaleza cálida, y Franz Schütz, que abrió el camino a los románticos.