Miguel Ángel Olimpo - 4 de septiembre de 2019
A lo largo de la historia son muchos los que creen que la ciencia y la fe están en un eterno debate de especulaciones y teorías, pero la realidad es que ambas están más relacionadas de lo que se pueda pensar.
Y es que están vinculadas gracias a un mismo ser: el hombre. Se trata de una relación para descubrir y analizar aspectos religiosos, que rige muchos ámbitos de la vida. A continuación, datos interesantes que todos deben saber sobre algunos aspectos de la fe cristiana y la ciencia.
Los salmos son versos escritos por sabios bajo el designio de la inspiración divina, en ellos, está la palabra y la obra de Dios, dan indicios de cómo debe ser el comportamiento del hombre en la tierra. En estos tiempos modernos, viene muy bien saber todo sobre el salmo 121, un escrito de gran utilidad para la humanidad.
Fue David, el cantor, quien escribió este versículo para otorgarle al pueblo judío una súplica al señor por las travesías de diáspora que la comunidad atravesaba. Es un hermoso canto sobre el existencialismo de los hombres, y sus decisiones en base al resplandor de la luz o a lo incierto de la oscuridad.
Dios perdona y guía lejos del pecado, porque aunque no tiene nada que hacer en el mundo, está en él para cuidar a sus creaciones, velar por su seguridad y bienestar. Puede ser un pilar de llamas para dar calor o una llovizna dulce para refrescar el camino. Siempre está el Señor con los aventureros que eligen la ruta de Dios. Esa es la premisa del salmo 121, que ha guardado misterio de significados durante mucho tiempo.
Hay muchas verdades en cada una de sus frases, y es el deber de todo hombre de fe, propagarlo a sus generaciones descendientes.
Aunque existe una gran cantidad de estos símbolos, quien conoce todos los símbolos cristianos, es una persona preparada para la vida, y es que el conocimiento de la fe otorga la capacidad de resolver problemas en la cotidianidad. Son muchos los símbolos y los significados que ha otorgado el cristianismo que, gracias a los fieles, hoy se mantienen con vigencia para la memoria y recuerdo de la enseñanza de Cristo.
El pez, por ejemplo, significa la práctica de la cristiandad clandestina, en los tiempos remotos en los que predicar era blasfemia. También adopta el significado de la proclamación de la fe. El ancla marina, por su grafía es considerado como un símbolo de la cruz cristiana, precisamente es el símbolo universal y crucial de la religión, y que evoca a la pasión del hijo de Dios.
La parte vertical de la cruz habla de la divinidad del señor, mientras que la horizontal es la representación de la humanidad creyente. Muerte, exaltación, resurrección, son otras de las acepciones que se le adjudican a la cruz y a sus diferentes versiones. El cordero significa sacrificio; el crismón, el principio y final de todo o el ungido; y la paloma, el bautismo del señor.
La evidencia indica que el sistema solar se formó por un accidente gravitacional hace más de cuatro mil años antes de Cristo. Informaciones como ésta pueden ser leídas en http://misistemasolar.com/, aparte de todas las teorías que la ciencia ha ofrecido a lo largo de los años. Algunas de ellas son:
Todas, con argumentos astronómicos sobre cómo pudo haberse creado el sistema solar, y con él, la humanidad del planeta tierra. Cabe destacar que está compuesto por los planetas y diferentes cuerpos y cinturones que gravitan a diferentes distancias de la luz solar.
Nadie ha podido llegar al sol, y probablemente nunca se logre el cometido, pero viene bien saber que el sol es una hermosa estrella (la más grande del sistema solar), que genera capas de energía que se distribuyen a todos los componentes del cosmos.
Otras de las informaciones que se encuentran en este portal son: teorías de la luna, los planetas alrededor del sol, centauros, cometas, el cinturón de Kuiper, la zona del disco disperso, el planeta enano llamado ''Eris'', y desde luego, la explicación rigurosa de por qué la Tierra es y debería ser el único planeta con vida.
No hay nada que perder a la hora de nutrirse de conocimiento, y de entender que tanto el universo de la fe y el de la ciencia, tienen en común un hombre sabio.
