01 de junio de 2023
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El problema de los microplásticos y cómo afectan a nuestra salud

El problema de los microplásticos y cómo afectan a nuestra salud

Miguel Ángel Olimpo - 23 de abril de 2020

Debido al enorme ritmo de consumo de plásticos que hemos llevado en los últimos años y al poco interés que hemos puesto en el reciclaje, poco a poco hemos ido llenando el planeta de residuos hasta llegar a una situación tan preocupante como la que vivimos en la actualidad. En especial, uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos es el de los microplásticos, que no dejan de proliferar a un ritmo desorbitado y que tienen efectos altamente nocivos para el medio ambiente y para nuestra salud. 

Gran parte de nuestros residuos plásticos acaban irremediablemente en el mar, donde con el paso del tiempo, el efecto del agua y de la luz proveniente del sol, se descomponen en piezas muy pequeñas que no suelen superar los cinco milímetros de largo. Éstos son los llamados microplásticos que actualmente pueblan nuestros océanos y de los que se calcula que puede haber de veinte a cincuenta trillones de piezas. Un problema  muy grave que afecta a todo el planeta a nivel global y del que todos y cada uno de nosotros somos responsables. 

 

El efecto en los seres vivos

Las consecuencias nocivas empiezan, en primer lugar, en todos aquellos seres vivos que pueblan el medio marítimo que están en constante contacto directo con estos microplásticos y que los ingieren, acumulándose grandes cantidades de estas piezas en sus intestinos. Esto puede ser fatal para ellos y provocarles directamente la muerte por intoxicación cuando se trata de piezas grandes, al bloquearles el sistema digestivo; pero también puede ser nocivo para todos aquellos que se alimentan de ellos como las aves, los mamíferos o los humanos, ya que los microplásticos crean residuos permanentes en los cuerpos donde han estado. Se crea así una cadena de alimentación entre seres vivos en los que los microplásticos van pasando de un cuerpo a otro sin que podamos hacer nada por remediarlo. 

Pero no es éste su único método para viajar, también el agua se encuentra llena de microplásticos que acaban en cultivos, y de nuevo, en otros seres vivos como animales de granja y humanos. El resultado es que todos los seres vivos tienen en su interior estas pequeñas piezas de plástico que han ido a parar a su interior por medio de la alimentación o el uso de algunos productos, y sus efectos para la salud pueden ser realmente perjudiciales. El problema es tan grave que hay estudios que apuntan a 114 especiales de animales que están actualmente intoxicadas con microplásticos, siendo de consumo humano al menos la mitad de ellas, como varios tipos de pescados o mariscos. 

 

Soluciones para lidiar con el problema

Las primeras medidas de acción encaminadas a paliar los efectos negativos de esta situación tan grave, pasan por intentar retirar la mayor cantidad posible de basura de los océanos mediante redes. Una solución que no es la más eficaz, ya que este barrido con las redes podría también arrastrar a algunas especies marinas y no acabará del todo con el problema, al ser imposible barrer todas las extensiones de agua de la tierra. Existen otras propuestas que abogan por la creación de una especie de pantallas fijadas a unos tubos flotantes de unos 2 kilómetros como si fueran un flotador, y que al moverse por la corriente, puedan arrastrar con ella los plásticos de todo tipo de tamaños. 

Además de estas iniciativas, existen algunas medidas más concretas que podemos empezar a tomar desde nuestra casa para aportar nuestro granito de arena. Por ejemplo, una de ellas sería comprobar la composición de algunos productos diarios que compramos y evitar todos aquellos que tengan en su composición polietileno, polipropileno, tereftalato de polietileno (PET), polimetacrilato de metilo (PMMA) o polietileno glicol PEG-3. Lo mismo ocurriría con nuestra ropa, donde lo ideal sería no comprar artículos que tengan fibras sintéticas o poliéster, dos materiales que se acaban descomponiendo en partículas.