02 de junio de 2023
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Algunos consejos para ayudar a nuestro hijo adolescente a superar una adicción

Algunos consejos para ayudar a nuestro hijo adolescente a superar una adicción

Miguel Ángel Olimpo - 16 de octubre de 2020

En los tiempos en los que vivimos las adicciones juveniles son cada vez más frecuentes, dado que las drogas son más asequibles que nunca, el juego está a la vuelta de cualquier esquina y la publicidad vende un modo de vida, cuanto menos, poco saludable. Por este motivo, hemos decidido recopilar algunos de los consejos más dados por los expertos en este tipo de enfermedades y ofrecer claves para que quienes tienen que enfrentarse a estos problemas sepan por dónde empezar.

Comienza por hablar con él/ella

Sin lugar a dudas, el primer paso en el tratamiento de adicciones en Madrid es el de que la persona que padece esta enfermedad asuma que tiene un problema, dado que ello permite que pueda comenzar a tomar medidas para solucionarlo y, sobre todo, que se deje ayudar por quienes más lo quieren, sus padres.

En este sentido, nuestra primera recomendación no puede ser otra que la que pasa por aconsejar que se hable con él o ella, con un mínimo nivel de empatía para impedir que pueda sentirse atacado y proporcionándole seguridad de que puede confiar en nosotros a la hora de recibir ayuda.

Es posible que no baste con una conversación para hacerle ver el problema, pero es indudable que no hay otra forma de conseguir convencerle de que tiene un problema y que nosotros estamos ahí para ayudarle a superarlo, así que paciencia.

Busca ayuda psicológica

Una vez que el adolescente ha asumido que tiene un problema y tomado conciencia de que necesita ayuda para superarlo, lo que procede es buscar la ayuda de algún especialista en adicciones para poner en marcha un tratamiento que erradique sus conductas perniciosas.

Aunque en el enlace que sigue se puede encontrar más información, sobre estos tratamientos conviene decir que se basan en unas terapias de grupo que hacen ver a los adolescentes que no son los únicos que tienen dependencia y por el establecimiento de una serie de normas encaminadas hacia la reeducación de la persona, dado que el origen de muchos de los trastornos de conducta que suelen ir asociados a las adicciones tienen su origen en que quien los presenta no ha tenido establecidos unos límites claros a su comportamiento (muchas veces porque no han sido necesarios, todo hay que decirlo).

Colabora con el profesional que trate a tu hijo

Ahora bien, respecto a la mencionada ayuda psicológica es necesario saber que para que esta sea efectiva, es necesaria la colaboración tanto del adolescente como de sus padres, pues de lo contrario podría incluso llegar a ser contraproducente y terminar por aumentar los problemas que nos llevaron a requerirla.

En efecto, lo más frecuente en los adolescentes conflictivos es que estén viviendo un proceso en el que se sienten solos y desalentados, por lo que mostrarles nuestro apoyo y comprensión mientras establecemos las normas de las que hablamos en el apartado anterior es fundamental y la mejor forma de colaboración que podemos prestar al equipo de psicólogos que esté tratando a nuestro hijo.

Del mismo modo, es de vital importancia que el adolescente conflictivo se aparte de las tentaciones directas que puedan hacerlo recaer en su adicción pero que, al mismo tiempo, mantenga una vida social sana y más o menos normal, algo en lo que sus padres pueden serle de mucha ayuda.

Por poner un ejemplo, diremos que una de las tentaciones que un alcohólico debería evitar es la de asistir a un botellón, pero hay otras actividades lúdico-sociales que puede realizar en las que el alcohol no está tan presente y pueden resultar muy beneficiosas para llevar el tratamiento a buen término, como la práctica de algún deporte o el desarrollo de alguna otra afición que se desarrolle de forma comunitaria sin implicar el consumo de bebidas espirituosas.

En definitiva, de lo que se trata es de cambiar el modo de vida y, para hacerlo, es fundamental tanto el apoyo de algún profesional especializado en estos temas como de los padres, por lo que no podemos terminar de otro modo que no sea recomendando que, en el caso de que nuestro hijo presente conductas insanas, tomemos medidas cuanto antes y evitemos que el problema vaya a más.