28 de marzo de 2024
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Educación financiera y tecnología digital

Educación financiera y tecnología digital

Redacción - 15 de marzo de 2021

El mundo de hoy se articula sobre lo que se conoce como las sociedades del conocimiento. Invariablemente esto implica que todos debemos estar instruidos, en los métodos y procesos  que son la norma con la que se maneja el presente. La tecnología se ha asentado de forma permanente en la realidad, y lo que antes parecía una digitalización posible, hoy en día es una obligación para la supervivencia. Las relaciones, la forma en que nos comunicamos, la manera en que opinamos y cómo nos informamos están influidas por la tecnología. Su ámbito totalizador es prácticamente ineludible.

Uno de sus espacios obligatorios, donde no hay posibilidad de aislar la tecnología, es el plano económico. Nuestras finanzas se piensan, se moldean y discurren, forzosamente, en el terreno de la tecnología digital. Las necesidades cambian vertiginosamente, y los productos, entidades, préstamos rápidos y nuevas fintech aparecen en escena para adaptarse a la demanda.

Es un hecho que debemos interactuar, gestionar y resolver cómo afrontamos nuestros proyectos económicos en función de términos que se gestan (más aún ahora en este estado de larga transitoriedad que genera el aislamiento por pandemia), y en la era de la información, las oportunidades serán más fáciles para los que conozcan a los nuevos agentes que participan, desde plataformas tecnológicas, en no solo solventan nuestros requerimientos y necesidades financieras sino que, además, facilitan tareas que en un pasado reciente se consideraban especialmente “pesadas” debido a sus trámites burocráticos. Cancelar rápidamente una deuda agobiante en solo unos clicks supone hacer en minutos lo que antes requería días, incluso semanas de trabajo.

Pero cabe destacar que el acceso a internet no siempre es equivalente a haber adquirido una educación sobre factores económicos. Debemos profundizar en la comprensión sobre la manera de adquirir las habilidades financieras si realmente queremos aprovechar todas las ventajas que tienen estas herramientas digitales, porque nuestro bienestar financiero dependerá de cuánto podamos asumir el conocimiento cabal de las oportunidades y posibilidades que están en la web.

La educación financiera es algo que muchas veces se nos escapa, precisamente porque partimos de la falsa creencia de que, debido a la sencillez, accesibilidad y rapidez de su uso está todo hecho. Pero no es así. Necesitamos un tipo de formación que nos permita visibilizar toda la gama de posibilidades implícita, poder cuantificarlas, sopesarlas y, desde el análisis de estas proposiciones, tomar las decisiones que resulten más ajustadas para resolver las finanzas que nos competen y así suscitar riqueza material .

Por lo tanto, se deduce que es esencial adquirir estrategias pedagógicas puntuales en dichos temas que, pueden conseguirse mediante el mismo recurso tecnológico que posibilita la web, ello asegura que al producirse todo en la tecnología de las plataformas digitales, el proceso educativo evoluciona a la misma velocidad, al estar en sintonía se elimina el factor de retraso el cual es típico de las instituciones educativas tradicionales.

Se necesita no perder de vista que para nuestra educación financiera en la red tenemos prerrogativas evidentes, como son la amplia variedad de ofertas de corte académico, o informes de entidades bancarias de prestigio como el Banco de España. A esto se suma la enorme posibilidad de escoger el horario que más nos convenga, sin imposiciones, con la mayor flexibilidad posible.

En conclusión, está claro que la conectividad permitida por la web ofrece no solo la disposición para el intercambio de conocimientos, de índole financiero o no, sino también la numerosas opciones de contenido en diferentes formatos, que sin duda mejorarán nuestro día a día: vídeos, lectura, audios, juegos, etc., que fortalecen y enriquecen el proceso formativo necesario para nuestro beneficio.