Vicki Vera - 26 de enero de 2022
Hoy en día se le da una especial importancia a la formación continua. No solo nos convierte en mejores profesionales, sino que también es muy apreciada por las empresas que contratan. Además, si el ámbito en el que nos movemos es el sanitario, como la fisioterapia o la medicina, la relevancia de la educación es aún mayor que en cualquier otro sector.
Si somos fisioterapeutas, estamos tratando con personas que depositan su salud física en nosotros, por lo que debemos mantenernos actualizados. Aparte, podemos aprovechar los programas de formación, como cursos fisioterapia online, para especializarnos en un área determinada y ofrecer una atención mejor y más completa a nuestros pacientes.
La universidad proporciona unas herramientas y conocimientos básicos para poder tratar las patologías y dolores de quienes acuden a nuestra consulta. Sin embargo, a menudo estas herramientas no abarcan la totalidad de posibilidades de tratamiento fisioterapéutico. Por otro lado, la tecnología y la investigación avanzan a pasos agigantados, por lo que siempre hay algo nuevo que aprender en esta profesión.
Aunque las enseñanzas que se cubren en estos cursos son muy diversas, estos son algunos de los ejemplos más relevantes:
El movimiento del cuerpo y el entrenamiento son pilares fundamentales de la fisioterapia. Se espera que los fisioterapeutas indiquen a los pacientes qué ejercicios hacer y cómo para mejorar su problemática. El ejercicio terapéutico tiene en cuenta el dolor y la historia clínica de la persona, y aprenderás a adecuar los movimientos de manera individualizada.
Un buen diagnóstico es el primer paso para un buen tratamiento. Con un curso como este, aprenderás a desarrollar la historia clínica de un paciente, así como su diagnóstico. También aprenderás a lidiar con esa incertidumbre que acompaña a algunos pacientes… ¿Qué es lo que le ocurre?, ¿cómo puedo ayudarle?
En definitiva, desarrollar un razonamiento clínico ante los problemas que nos presentan quienes acuden a consulta es fundamental para preparar un programa de intervención.
Los tendones son una de las partes de nuestro cuerpo que se lesionan con mayor frecuencia. Todos conocemos a alguien que ha sufrido una tendinitis, puede que nosotros mismos. Y es que esta patología afecta hasta al 70% de la población, siendo uno de los problemas más recurrentes y comunes.
Ya sea en la parte superior o inferior del cuerpo, un buen fisioterapeuta debe ser capaz de identificar el tendón afectado y elegir la técnica más adecuada para cada caso.
En una profesión tan práctica como es la fisioterapia, exponernos a casos clínicos reales y aprender de ellos es clave para formarnos como profesionales sanitarios. Así, llevamos a la práctica lo que hemos aprendido en la teoría, y nos aseguramos de que los conocimientos están afianzados.
Todos queremos un fisioterapeuta que conozca el cuerpo humano y sus problemas como nadie, pero también que sepa aplicar lo aprendido gracias al razonamiento clínico.
