23 de abril de 2024
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Dos consideraciones importantes antes de contratar un abogado

Dos consideraciones importantes antes de contratar un abogado

Redacción - 30 de agosto de 2022

Enfrentar un problema legal sin la ayuda de un abogado puede dar como resultado una tragedia, incluso con el caso más simple. Usualmente, si el abogado es indispensable y no se cuenta con uno privado como Carmen Manzano, el estado asigna uno de la administración pública. 

Sin embargo, aunque su labor pueda ser igual de buena, no a todos les genera confianza. Por eso, muchos prefieren un abogado privado y, antes de contratarlo, deben saber qué recomendaciones tener en cuenta para asegurarse de hacer la mejor elección. A continuación, mostramos dos de las más importantes.

Se debe investigar con antelación los honorarios 

Los abogados, tal como cualquier otro profesional, pueden tener honorarios muy distintos unos de otros. Por eso, para evitar malos ratos, es ideal averiguar con antelación qué tanto suele ser el precio por sus servicios. No solo porque puedan cobrar más de lo normal, sino por más razones.

En primer lugar, es necesario cuidarse de los abogados demasiados baratos, no porque haya un problema con cobrar poco, sino porque es una profesión donde se requiere de precios no precisamente muy bajos. Por eso, si uno parece estar casi obsequiando sus servicios, puede tratarse de un mal abogado.

Ser abogado es caro. Por eso, si sus servicios son muy baratos, seguramente se esté ante uno con poca preparación y no solo terminará siendo una pérdida de dinero y tiempo. Además, una mala defensa podría llevar a una situación mucho más amarga de la original.

Por supuesto, se debe evitar caer en manos de un abogado engañoso quien se tilde a sí mismo como el mejor de todos los tiempos y por eso cobre demasiado. En definitiva, la mejor opción es investigar sobre los honorarios antes de dejarse llevar por cualquier precio.

Se debe preguntar todo lo que se considere necesario

Usualmente, antes de contratar un abogado, él mismo le concede una cita al solicitante para escuchar sobre su caso, plantear la forma de sus servicios y sus honorarios, así como disponer de una u otra solución ante la situación particular de su posible cliente.

En esa cita es ideal realizar todas las preguntas relacionados con el tema, bien sean las más complejas o las más sencillas. Si son muy complicadas, un abogado en capacidad es capaz de responderlas sin problema, y si, por el contrario, son muy simples, él debe entender que quien conoce de leyes, es él, no el cliente.

Por eso, si al hacer una pregunta tal vez complicada o demasiado específica, el abogado no sabe responderla, puede no ser una buena señal y parece desconocimiento. Si se trata de una pregunta aparentemente “tonta”, igualmente debe tener buena atención y responderla con amabilidad.

Por supuesto, es la hora precisa de preguntar sobre los honorarios y pedir sinceridad al respecto, en la medida de lo posible el cliente debe demostrar la necesidad de saber la verdad sobre los precios y el querer evitar futuras sorpresas con gastos salidos de la nada y muy inesperados.