30 de diciembre de 2022
El hecho de que la ciudad de Sevilla sea una de las más visitadas en España no es casualidad. Su encanto y emblemáticos monumentos, como la catedral, la Giralda, la Torre del Oro o la Plaza de España, siguen haciendo las delicias tanto de los visitantes como de los residentes. Pero, en ocasiones, la imponencia de estos lugares hace que se pasen por alto otras atracciones y lugares sorprendentes de Sevilla, tanto en la propia ciudad como a unos pocos kilómetros.
Más allá del tópico, Sevilla cuenta con un amplio abanico de experiencias para todos los gustos.
Más de uno nos tomaría por locos si le decimos que es posible ir de safari en Sevilla, pero lo cierto es que, a tan solo 50 kilómetros de la capital, realmente podemos contemplar en estado de semilibertad a leones, jirafas, elefantes, tigres de bengala, dromedarios o diferentes aves exóticas, entre otros.
Para ello, solo tenemos que adentrarnos en uno de los múltiples tesoros naturales con los que cuenta la provincia de Sevilla, la sierra de Aracena, que forma parte de Sierra Morena. Cerca del municipio de El Castillo de las Guardas, también de recomendada visita, se encuentra la Reserva El Castillo de las Guardas.
Son más de 200 hectáreas con animales de unas 100 especies distintas que se pueden visitar en un recorrido en coche de unos 15 kilómetros. Pero, además, en el parque también se pueden realizar otras actividades como hacer kayak o montar en karts.
A unos 7 kilómetros de Híspalis, lo que hoy en día se conoce como Sevilla, se encontraba otro de los grandes centros de Hispania: Itálica, la ciudad que vio nacer a emperadores de la Antigua Roma como Trajano y Adriano.
Las ruinas romanas de Itálica son una visita obligada para aquellos que quieran hacerse una idea sobre cómo vivían los habitantes de una de las civilizaciones más importantes de la Historia.
Este Conjunto Arqueológico está cerca del pueblo de Santiponce, donde se encuentra el teatro romano que, después de diversas fases de restauración, ofrece una imagen poderosa de la majestuosidad de lo que fue el Imperio Romano.
Andalucía es tierra de olivos y la elaboración del aceite es algo que forma parte de su cultura y ADN desde hace siglos. Para la obtención del oro líquido se utilizan unos molinos especiales, las almazaras de aceite de oliva; la palabra “almazara” viene del árabe y significa “lugar donde se exprime”. Para visitar una almazara auténtica, en un entorno de gran belleza, solo hay que visitar la Hacienda de Guzmán, de la que se dice que tuvo como primer propietario a Cristóbal Colón.
En la visita, se puede conocer cómo se hace el aceite y disfrutar de la arquitectura típica de una hacienda barroca que destaca no solo por la construcción del edificio, sino también por sus imponentes patios y jardines, donde se puede desayunar y degustar alguna de las cuatro variedades de aceites que elaboran.
De entrada, puede que no sea lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en actividades que se pueden realizar en Sevilla, pero atravesar la ciudad haciendo paddle surf por el río se está convirtiendo en una alternativa cada vez más popular y valorada.
Una manera diferente de descubrir los márgenes del Guadalquivir con distintas opciones, como hacer coincidir la actividad con el atardecer. Todo un espectáculo.
Existen varias rutas y experiencias que se pueden adquirir a través de diversos operadores que desean compartir con el mundo esta mezcla de turismo, deporte y cultura.
La ciudad de Sevilla tiene muchas caras. Las más “ocultas” se pueden descubrir a través de distintas rutas que nos acercan al lado más misterioso de la capital hispalense.
La Asociación Molarte organiza visitas que nos acercan a una Sevilla diferente y nos enseñan algunas de las historias más alucinantes y desconocidas de la ciudad, incluso para muchos sevillanos. Entre ellas, se encuentran la ruta de Las Almas de Sevilla, que recorre en dos partes algunos lugares encantados de la ciudad, la de El embrujo de Triana o la de Sevilla Sobrenatural; además, hay otras de corte más histórico como las que versan sobre los templarios o la peste.