Redacción - 3 de enero de 2023
En el país europeo conviven tres grandes corrientes de interiorismo: el estilo clásico, el estilo toscano y el mediterráneo. Qué tiene para aportar cada una y cómo podemos usarlas de inspiración para darle un toque distintivo a nuestras estancias.
El estilo toscano evoca a la campiña italiana, en la que se han mezclado materiales nobles como la madera o el yeso con mobiliario moderno, alfombras de colores y una iluminación bien pensada.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Italia vivió una revolución de la industria y del diseño. Las escuelas de Milán dieron lugar a miles de mentes creativas que transformaron el interiorismo en el país.
Con el advenimiento de la industria crecieron las ciudades, también en el interior de Italia. Las migraciones internas dieron lugar al estilo toscano, que mezcla la tradición de la campiña con diseños modernos y elegantes.
Un ejemplo de decoración toscana sería una casa tradicional o un viñedo con paredes de yeso y un techo con vigas de madera a la vista. En el centro, una gran mesa de madera con un diseño rústico y sobre ella iluminación de diseño del estilo de las Lodes Lámparas, que le dan el toque de elegancia.
Si algo tiene Italia para ofrecer al mundo es su historia y su vasta cultura. El estilo decorativo clásico italiano viene inspirado en las grandes catedrales del Renacimiento y en los materiales fuertes y robustos de la época romana.
Así, este estilo se caracteriza por el uso de materiales naturales bien trabajados y piedras de colores claros. Se intenta traer elementos de la antigüedad como columnas y aberturas de puertas y ventanas en forma de arco.
En los muebles, la madera es preferible al plástico y los colores como verde, rojo y azul son superiores a las combinaciones estridentes. La idea es lograr una imagen prístina donde los espacios tengan una apariencia distinguida sin que se vea anticuado.
Italia tiene distintas geografías y un estilo de diseño distinto adaptado a cada una de ellas. En las regiones costeras del país predomina el estilo mediterráneo, con techos altos y ventanas grandes para poder ver el mar.
Este estilo también incluye una paleta de colores en blanco y azul, muebles de madera natural y sillones de mimbre. Los acabados con azulejos y parquet de madera clara son también otra de las características del diseño de esta zona. Se trata de un diseño descontracturado que funciona como un marco para la belleza del mar y las vistas naturales.
