Miguel Ángel Olimpo - 26 de septiembre de 2023
¿Quieres hacer una ensalada pero no sabes con qué aderezar? ¿Quieres comer un sándwich pero no tienes con qué rellenarlo? ¿Quieres cocinar una carne con un marinado diferente al común? La mostaza es la solución en todos estos casos. Es una salsa versátil que nunca deja mal.
La mostaza es uno de los aderezos más comunes en las despensas de todo el mundo. Esta especie de salsa, con un característico color amarillo, es ideal para condimentar los alimentos a cualquier hora, brindándoles ese toque de sabor suave y un poco picante que tanto encanta a todos. Desde las recetas más simples, hasta los mejores platos gourmet utilizan este aderezo de una forma u otra.
Ya sea que se utilice una mostaza inglesa, una mostaza de Dijon o una mostaza amarilla de toda la vida, este ingrediente combina de forma excelente con carne, ensalada o marinados. Sirve como base para crear aderezos más complicados, o simplemente como relleno para un sándwich o hamburguesa. Es una salsa versátil, fácil de utilizar y deliciosa como ninguna otra, razón por la cual es tan popular en la actualidad.
La mostaza inglesa, en particular, es perfecta para los que buscan acompañar sándwiches y asados. Es más picante que el resto y no contiene mucha azúcar, por lo que es muy fuerte para ciertas preparaciones en crudo. Aun así, se ha ganado el corazón entre los fanáticos de la mostaza, quienes la consideran como una buena alternativa cuando se le quiere dar un sabor más fuerte a las comidas.
La mostaza se ha preparado desde hace más de 300 años y se ha expandido enormemente por el mundo. Aunque cada cultura tiene su manera distinta de concebir la mostaza, la receta básica no ha cambiado mucho desde entonces. Comúnmente se elabora este alimento a partir de las semillas de mostaza, añadiendo vinagre, agua y sal. El tipo de semilla utilizada varía dependiendo del tipo de mostaza que se busca preparar, se puede usar semillas amarillas o negras.
La elaboración comienza al seleccionar las semillas de mostaza y limpiarlas, para después mezclarlas con el agua y vinagre para formar una mezcla muy espesa. Al dejar reposar esta mezcla el sabor de las semillas se intensifica. En este proceso comienzan a liberarse unos compuestos químicos llamados “isotiocianatos”, responsables de que se libere el característico sabor picante y agrio de la mostaza.
Al dejar reposar la mezcla se le agrega sal y otros ingredientes que varían dependiendo de la receta. Se le suele agregar miel, especias o azúcar, todo depende del sabor que se busque lograr. Luego se integra la mezcla a una molienda para llegar a una textura más suave, llegando así al resultado final: una mostaza espesa, con gran sabor y con un aroma incomparable.
Sin duda, la mostaza es una salsa que gusta a todos y la principal razón es su sabor irremplazable: este aderezo tiene un gusto que se puede describir como ligeramente amargo, con un toque picante. Dependiendo de los ingredientes añadidos en la receta, se puede lograr obtener una mostaza con un sabor más orientado a lo dulce.
Es difícil determinar cuáles son los mejores tipos de mostaza. Cada marca ofrece presentaciones diferentes de este delicioso aderezo para complacer a todos los paladares, así que lo más recomendable es probar cada tipo de mostaza hasta encontrar la ideal. La mostaza amarilla clásica es la que todos aman, de hecho es un añadido indispensable en muchos platos.
Por otro lado, una de las predilectas por muchos es la mostaza de Dijon, la cual busca imitar el sabor de la mostaza original que se creó en esta ciudad hace unos siglos. La mostaza inglesa, la cual se describió anteriormente, es otra presentación que vale la pena probar, es más picante y con un sabor que sube por la nariz debido a su intensidad.
