15 de noviembre de 2024
Desde su introducción hace 22 años, la Toxina Botulínica (TXB-A) ha representado más del 45% los tratamientos inyectables, superando incluso al ácido hialurónico. Su popularidad se debe a sus excelentes resultados, mínimos efectos secundarios y un efecto estético que mejora la expresión facial de forma sutil y natural.
La Dra. Tamara Vega Velázquez, médica estética de Clínica Menorca, explica que la Toxina Botulínica es el tratamiento más demandado por diversas razones:
Resultados visibles: Un solo tratamiento proporciona un efecto completo que ayuda a despejar la mirada y suavizar las arrugas.
Función preventiva: Es ideal para prevenir el desarrollo de arrugas profundas cuando comienzan a aparecer líneas finas.
Discreción: Los resultados son naturales, ofreciendo un aspecto rejuvenecido sin que otros noten que se ha realizado un tratamiento.
La Toxina Botulínica actúa bloqueando la liberación de acetilcolina, lo que provoca una relajación temporal de los músculos. Los efectos comienzan a notarse entre dos y cinco días después de la inyección, alcanzando su máxima eficacia en cinco o seis semanas. Gradualmente, los efectos se desvanecen entre dos y tres meses, con un ciclo de recuperación total estimado en seis meses.
El Dr. Ángel Martín Hernández, director médico de Clínica Menorca, destaca que la duración del tratamiento depende de diversos factores relacionados con el paciente, como:
Género, edad y genética.
Hábitos de vida: El tabaco, la exposición solar, el estrés y la actividad física intensa pueden reducir la eficacia.
Uso de pantallas: Aunque no hay teorías concluyentes, el uso continuo de dispositivos móviles podría acelerar la contracción muscular y disminuir la duración.
La respuesta inmunitaria del paciente también puede influir. Cambiar la marca de toxina de vez en cuando puede renovar la efectividad del tratamiento, especialmente en pacientes que han desarrollado cierta tolerancia por uso prolongado.
Se recomienda un intervalo mínimo de cuatro meses entre tratamientos para evitar resistencia y permitir que los efectos previos desaparezcan por completo. Por lo general, dos tratamientos al año son suficientes, aunque en algunos casos puede ser adecuado uno solo, dependiendo de la fuerza muscular y la formación de arrugas.
El Dr. Martín Hernández subraya que la aplicación de la Toxina Botulínica debe realizarse exclusivamente en centros médicos autorizados, por profesionales cualificados y con experiencia. Además, es esencial que el centro esté registrado en la Unidad de Farmacia de la Consejería de Sanidad correspondiente y cuente con un espacio adecuado para almacenar los medicamentos.
Con más de 30 años de experiencia en estética facial, Clínica Menorca se ha consolidado como un referente, siendo pionera en la formación de médicos en el uso de neuromoduladores.